El dolor de cuello es un síntoma de presentación común en el entorno de atención primaria y causa una discapacidad significativa. El diagnóstico diferencial amplio requiere una evaluación eficiente pero global; por lo tanto, se hace hincapié en las banderas rojas que pueden ayudar en el reconocimiento temprano y el tratamiento de diagnósticos más preocupantes, como lesiones traumáticas, infecciones, neoplasias, emergencias vasculares y otras afecciones inflamatorias. El elemento crítico en el diagnóstico y manejo adecuado de estas condiciones es un historial preciso del paciente. Los hallazgos del examen físico complementan y refinan las señales de diagnóstico de la historia, pero a menudo carecen de la especificidad para ser valiosos de forma independiente. Las herramientas de diagnóstico, como las imágenes y las pruebas electrodiagnósticas, tienen una utilidad variable, especialmente en condiciones crónicas o degenerativas. El tratamiento del dolor de cuello mecánico o no neuropático incluye el uso a corto plazo de medicamentos y posiblemente inyecciones. Sin embargo, los datos a largo plazo para estas intervenciones son limitados. La acupuntura y otras terapias complementarias y alternativas pueden ser útiles en algunos casos. La evaluación avanzada de imágenes y cirugía puede estar justificada para pacientes con empeoramiento de la función neurológica o dolor persistente.
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