lunes, 29 de junio de 2020

No quiero dinero: exijo respeto. Por Ana Joyanes Romo.

He tardado varios días en decidirme a escribir estas reflexiones. Siempre es complicado
tratar temas tan sensibles como la responsabilidad, la remuneración, el reconocimiento, la
justicia y el respeto. Pero voy a intentarlo.
Ya es noticia vieja que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha elaborado
una propuesta para tomar medidas de reconocimiento al personal adscrito a los órganos
de prestación de los servicios sanitarios del Servicio Canario de la Salud durante el
estado de alarma decretado por el avance y desarrollo de la COVID-19.
Hasta ahí, bien. Incluso muy bien. Se reconoce el esfuerzo, la dedicación, la entrega, la
profesionalidad de un colectivo, el sanitario, que ha luchado en esta terrible pandemia sin
reparar en esfuerzo y sacrificio.
Sin embargo, la Consejería de Sanidad ha determinado —o eso pretende—que no todos
los sanitarios hemos colaborado en esta crisis sanitaria.
Ciertamente, el nivel de exposición y esfuerzo físico e incluso moral no es el mismo para
un médico intensivista que para uno de Atención Primaria. Pero de ahí a decidir que el
personal de Atención Primaria no es esencial para dar respuesta a la pandemia -y de ahí
que no se nos considere para estos incentivos- media un abismo.
Porque, ¿qué lectura puede hacerse de una recompensa que se da a unos y se niega a
otros? Que no solo no somos esenciales sino que somos prescindibles.
Así funciona el mundo: tanto tienes, tanto vales; tanto te reconozco tanto vales.
Pues, no, mentes pensantes de la Consejería de Sanidad: aquí, o valemos todos o
ninguno.
¿Qué habría sido de los Hospitales sin la contención que ha realizado Atención Primaria?
¿Cuántos enfermos habrían llegado a sus puertas sin unos sanitarios que valoraran la
necesidad o no de acudir a un nivel superespecializado?
¿Habrían podido mantener ingresados a todos aquellos enfermos a los que se ha
controlado en domicilio una vez superada la fase crítica?
¿Quién habría detectado los casos y controlado la aparición de posibles complicaciones?
Debo recordar que se ha tenido contacto diario hasta la resolución del proceso con los
casos probables, los confirmados leves y los dados de alta tras cuadro moderado o grave.
¿Y los contactos? ¿Sería posible haber llevado a cabo un cribado sin el personal de
Atención Primaria?

¿Y qué pasará si cuando vuelvan los contagios -que volverán- Atención Primaria no sigue
actuando de muro de contención?
Yo lo tengo claro. Como también tengo claro que no quiero dinero pero sí quiero ser
considerada como cualquier profesional sanitario que ha luchado contra esta pandemia.
No quiero dinero: exijo respeto. El respeto que desde la Consejería de Sanidad se nos
niega.
Porque aquí todos tenemos nuestra función y la nuestra no solo es esencial sino vital.
Aunque no sea tan llamativa ni genere titulares.
Aunque nuestros gestores sean tan ciegos que no comprendan el valor de nuestro
trabajo.
Aunque los sindicatos que se supone deben velar por nuestros intereses no hayan movido
un músculo -y no me vale que esperen a la mesa sectorial.
Por eso, ya que mis altos gestores no consideran que mi labor sea esencial, voy a tomar
algunas medidas que, si bien a ninguno de ellos le hará cambiar de opinión, a mí me
dejará algo más satisfecha.
La primera: solicitar mis vacaciones después de octubre -ahora me obligan a cogerlas
antes, por si hubiera un previsible rebrote en otoño-, ya que si no fui esencial durante el
confinamiento, tampoco lo seré cuando vuelva la oleada de infecciones.
La segunda: cancelar mi afiliación al sindicato.
Y la tercera: volver a atender a mis pacientes igual que antes, dejando la consulta
telefónica solo para aquellos a quien realmente le interese.
Ni una acción de contención más. No soy esencial.

Firmado:

Ana Joyanes Romo. Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria con ejercicio
en el Centro de Salud del Barrio de la Salud

4 comentarios:

  1. No había leído el artículo de Ana. Lo suscribo al 100%, aunque no puedo pedir las vacaciones en Octubre por razones familiares.

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  2. Una reflexión desde la coherencia y el conocimiento de la Atención Primaria en toda su extensión. No tengo más que suscribir al 100% todo tu razonamiento. Muchos echamos de menos tu gestión y tu capacidad de diálogo y consenso mi estimada ex jefa. Un fuerte abrazo.

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  3. Véase articulo Georgetown University sobre los próximos heroes de la tercera guerra mundial (microbiológica)

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  4. La mejor medico que puedo tener desde pequeña y tengo 34 años.TODA UN PROFESIONAL SIEMPRE PREOCUPÁNDOSE POR SUS PACIENTES

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