Dos tipos nuevos de medicamentos que se usan habitualmente para tratar
la diabetes tipo 2 son similares en su capacidad para reducir las
complicaciones cardíacas importantes, incluidos el infarto de miocardio,
el ictus y la muerte por enfermedad cardiovascular, según un trabajo
publicado en el Journal of the Endocrine Society.
Los inhibidores de SGLT2 muestran un claro beneficio sobre la otra
clase, los agonistas del receptor GLP-1, a la hora de reducir los
ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca, según el estudio.
"Esto ayuda a los médicos a elegir más fácilmente un medicamento para
tratar mejor la diabetes", destaca el autor principal, Ali Al-Khazaali,
de la Universidad de Saint Louis (Estados Unidos).
Los
inhibidores de SGLT2 son medicamentos orales recetados que se usan para
tratar la diabetes tipo 2 e incluyen canagliflozina, dapagliflozina y
empagliflozina. El estudio comparó estos medicamentos con medicamentos
inyectados para la diabetes conocidos como agonistas del receptor GLP-1,
como albiglutida, dulaglutida, exenatida, liraglutida y semaglutida.
En
estudios anteriores se descubrió que estas dos clases de fármacos
mostraron beneficios para el corazón y los riñones, además de controlar
la glucemia.
Los investigadores analizaron datos de seis ensayos
previos de agonistas del receptor GLP-1 (con un total de 51.762
sujetos) y cuatro ensayos con inhibidores de SLGT2 (incluidos 33.457
sujetos). Ambas clases de fármacos fueron igualmente efectivas para
reducir los eventos cardiovasculares adversos mayores combinados, en
comparación con las personas con diabetes que no estaban tomando esta
medicación.
La tasa de hospitalización por insuficiencia
cardíaca fue un 32% menor en los pacientes que tomaron inhibidores de
SLT2 en comparación con aquellos que no los tomaron, especialmente entre
aquellos con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Por
el contrario, las personas que tomaron agonistas del receptor GLP-1 no
mostraron una tasa reducida de hospitalización por insuficiencia
cardíaca en comparación con los que tenían diabetes pero que no tomaban
estos medicamentos. Ambas clases de fármacos demostraron beneficio renal
y ninguna clase se mostró superior a la otra en este aspecto.
Los
efectos secundarios graves más comunes para los inhibidores de SGLT2
incluyeron infecciones por hongos en las mujeres y cetoacidosis
diabética, un problema poco frecuente que compromete la vida y que puede
afectar a personas con diabetes. El principal efecto secundario grave
de los agonistas del receptor GLP-1 fue malestar gastrointestinal.
"Los
médicos necesitan equilibrar este efecto secundario con los posibles
beneficios de pérdida de peso de este medicamento", concluye
Al-Khazaali.
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