El tratamiento del dolor crónico no
oncológico se ha convertido en un desafío para los clínicos en búsqueda
de alternativas eficaces y seguras a los opioides. Según
directrices recientes, el paracetamol y los antiinflamatorios no
esteroideos (AINE) se mencionan como primera línea de tratamiento en
dolor relacionado con la osteoartritis o el dolor lumbar. Sin embargo,
el paracetamol es a menudo ineficaz y los AINE están asociados con
efectos adversos que limitan su uso, especialmente en pacientes con
condiciones complejas. En el dolor neuropático, los gabapentinoides
(gabapentina o pregabalina) se recomiendan como agentes de primera
línea. Creemos, sin embargo, que estos se prescriben de forma excesiva. Según ficha técnica , los gabapentinoides están aprobados para el tratamiento de la
neuralgia postherpética (gabapentina y pregabalina), la fibromialgia
(pregabalina) y el dolor neuropático asociado a diabetes o lesiones de
columna vertebral del cordón de cuerda (pregabalina) ( tabla 1
). Sin embargo, se ha observado que los médicos en la práctica
habitual usan pregabalina y gabapentina para casi cualquier tipo de
dolor.
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