La posible respuesta reducida a los fármacos antiarrítmicos bloqueadores de los canales de sodio en la supresión de la fibrilación auricular en pacientes con obesidad tiene importantes implicaciones clínicas.
La fibrilación auricular, también conocida como AFib, es el tipo más común de arritmia cardíaca con latidos cardíacos acelerados e irregulares que se asocian con una mayor mortalidad. Si bien los investigadores han identificado un vínculo causal entre la obesidad y la fibrilación auricular, el mecanismo subyacente por el cual la obesidad contribuye a esta arritmia cardíaca aún se desconoce.
La respuesta al tratamiento farmacológico antiarrítmico actual para la fibrilación auricular es muy variable e impredecible, y la selección de medicamentos depende del médico tratante y las características de cada paciente. No existen pautas que sugieran cuales de los medicamentos disponibles son los que funcionan mejor, si los medicamentos de Clase I, que actúan sobre los canales de sodio en el corazón para regular los latidos cardíacos, o los medicamentos de Clase III, que se dirigen a los canales de potasio. Históricamente se ha considerado que ambos tipos de fármacos antiarrítmicos eran igualmente efectivos para prevenir la recurrencia de AFib. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago, EE.UU, que siguió a más de 300 pacientes es el primero en mostrar que algunos medicamentos antiarrítmicos utilizados para tratar la AFib son menos efectivos en los pacientes obesos.
En el presente estudio, el trabajo de los investigadores ha puesto de manifiesto que el tratamiento farmacológico con los medicamentos de Clase I se relaciona con mayores tasas de recurrencias de fibrilación auricular en pacientes obesos en comparación con pacientes no obesos: aproximadamente el 30% de los pacientes obesos tuvieron recurrencia de fibrilación auricular, en comparación con solo el 6% de los pacientes no obesos. Este efecto no se observó entre los pacientes tratados con fármacos de clase III.
Esta es la primera vez que se demuestra que existe una respuesta diferencial a los medicamentos antiarrítmicos para la fibrilación auricular. Estos datos proporcionan nueva información que los médicos podrán usar usar para guiar sus decisiones en pacientes obesos con fibrilación auricular. Los autores esperan, finalmente, descubrir el mecanismo subyacente de cómo la obesidad dificulta los medicamentos antiarrítmicos de Clase I y encontrar opciones de tratamiento nuevas y específicas para la AFib en estos pacientes.
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