The Journal of Neuroscience 2019; 1922-19 DOI: 10.1523/JNEUROSCI.1922-19.2019
Según una nueva investigación, uno de los medicamentos más utilizados para tratar la diabetes tipo II elimina los signos característicos de la abstinencia de nicotina en ratas y ratones. El hallazgo puede ofrecer una nueva estrategia importante en la batalla para dejar de fumar.
Los fumadores que intentan dejar de fumar se enfrentan a los potentes efectos secundarios de la abstinencia de la nicotina, que incluyen aumento del apetito, inquietud, ansiedad, irritabilidad y depresión. Aunque deseen abandonar el tabaquismo, las tasas de fracaso en el intento de abandono son muy altas y muchos fumadores continúan fumando por su incapacidad para superar la abstinencia.
Los medicamentos antidiabéticos de tiazolidindiona, y más concretamente la pioglitazona, se dirigen a una forma específica (isoforma gamma) de los receptores del proliferador activado de peroxisoma (PPARs) que son parte de la superfamilia del receptor de la hormona nuclear de factores de transcripción ligando dependiente. Este tipo de receptores se encuentra en áreas del cerebro involucradas en la drogadicción. Esto ha llevado al pensamiento que pioglitazona podría jugar un papel en el control de los comportamientos adictivos. En este sentido, los datos preclínicos y clínicos han demostrado que efectivamente la pioglitazona reduce la autoadministración de alcohol y opioides, y la recaída en la búsqueda de drogas entre los adictos que intentan abandonar el consumo, desempeñando un papel en las respuestas emocionales.
Un estudio realizado con animales de experimentación analizó el efecto conductual de la manipulación de los PPARγ mediante la exposición a pioglitazona. El equipo demostró que las inyecciones directas de pioglitazona en el hipocampo de ratones macho habituados al tabaco que cesaron su consumo redujeron los signos de abstinencia física de la nicotina, incluidos temblores en las patas, parloteo y sacudidas de la cabeza. Por otro lado, la inyección de pioglitazona en la amígdala de los ratones también mejoró los signos de ansiedad asociados con la abstinencia de nicotina.
En un contexto en el que las personas fumadoras se enfrentan a un riesgo un 30% mayor de desarrollar diabetes tipo II que el resto de la población, los investigadores sugieren que la pioglitazona puede ayudar a los fumadores diabéticos a dejar de fumar al incidir positivamente sobre los síntomas de abstinencia física y emocional al tiempo que reduce la resistencia a la insulina.
Los datos obtenidos abren la puerta a la realización de pruebas clínicas que permitan corroborar el efecto y alcance del uso pioglitazona en pacientes humanos.
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