Un grupo de internistas de la Universidad de Virginia en "Evidence-Based Guidelines to Eliminate Repetitive Laboratory Testing"
considera que los resultados de las pruebas analíticas procedentes de
muestras de sangre influyen en el 60%-70% de todas las decisiones
clínicas, un campo, pues, abonado para el sobrediagnóstico y los
hallazgos intrascendentes, con la correspondiente escalada de más
pruebas y, probablemente, más actuaciones clínicas de escaso valor. Los
autores del artículo defienden que los excesos de extracciones de sangre
para muestras de laboratorio se han convertido, además, en un problema
para la seguridad de los pacientes, ya que pueden inducir anemias, las cuales, a su vez, generarán más peticiones de análisis (para saber el origen) e, incluso, más mortalidad para los pacientes con enfermedades cardio-pulmonares.
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