En primer lugar, destaco algunas cifras sobre su elaboración para entender la magnitud del trabajo que tienen detrás:
- 21 autores de 9 organizaciones distintas.
- 38 revisores del documento.
- Revisión de más de 900 estudios.
- Versión definitiva de 481 páginas.
- 15 secciones con 106 recomendaciones.
- Tensión arterial (TA) normal: < 120/< 80 mmHg.
- Tensión arterial elevada TAS > 120-129 mmHg y TAD < 80 mmHg.
- Hipertensión estadío 1: TAS 130-139 mmHg o TAD 80-89 mmHg.
- Hipertensión estadío 2: TAS > 140 mmHg o TAD > 90 mmHg.
Esto ha levantado una polvareda desde el minuto 1, ya que implica que a día de hoy unos 100 millones de americanos pasarían a ser hipertensos (la mitad de la población adulta), lo que supone un incremento del 14 % respecto a lo estimado con los límites de JNC7. Algunas cifras más: en menores de 45 años la cifra de hipertensos varones se triplicaría y en mujeres se duplicaría, entre 55-75 años habría un 75 % de varones hipertensos.
En cuanto al tratamiento, se emplea la herramienta de cálculo de riesgo ASCVD (por sus siglas en inglés Atherosclerotic Cardiovascular Disease) que descubrimos con la guías AHA de prevención, nada válida como sabemos en población europea para decidir la estrategia. Así, para el estadío de TA elevada se va a dar mucha importancia a las terapias no farmacológicas, que deberían ser suficientes para conseguir el objetivo de tensión arterial en esa situación.
Otro aspecto que nos preguntamos es cuál debe ser el objetivo a alcanzar y si es el mismo para todos sean diabéticos o no, tengan enfermedad renal crónica o no o incluso una edad mayor de 65 años. El nuevo objetivo es una TA sistólica < 130 mmHg y una diastólica <80 mmHg.
Evidentemente aquí solo mencionamos los titulares pero estamos ante una guía amplia que analiza y detalla múltiples aspectos de interés como hipertensión de bata blanca, hipertensión enmascarada, hipertensión en diferentes razas/etnias, hipertensión secundaria, hipertensión resistente o el manejo de la tensión arterial con distintas comorbilidades, así como cómo se deben realizar las mediciones de TA o cómo se inicia el tratamiento.
Se abre el debate de dónde están los límites, y un poco en broma si me lo permitís, como han dicho algunos cardiotuiteros: “los 130/80 son los nuevos 140/90”. En resumen, mucho para leer y mucho para discutir. De nuevo tenemos una guía polémica como fue la de los lípidos, que busca no generar indiferencia, aplicando el viejo adagio «es bueno que hablen de uno aunque sea para mal».
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