http://www.doctutor.es/2017/01/06/por-que-los-medicos-somos-reticentes
Resumen: A pesar del impacto en la salud de los
estilos de vida nocivos y de todas las evidencias sobre la efectividad
de un abordaje por parte del médico para ayudar a cambiar conductas, los
profesionales no abordan estos temas lo suficiente percibiendo barreras
específicas entre las que una adecuada y precoz formación es tal vez la
más relevante aunque no la única.
Las enfermedades no transmisibles (ENT) se consideran en gran medida
prevenibles debido a su estrecha relación con las conductas relacionadas
con la salud y se estima que ahora son responsables del 60% de la
mortalidad anual [1]. Parece que hasta el 80% de las enfermedades
cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo II y un tercio de
los cánceres podrían evitarse con los cambios apropiados en el estilo
de vida como dejar de fumar, disminuir el consumo de alcohol, aumentar
el ejercicio y mejorar la dieta [1] . Además de esto, las conductas poco
saludables resultan costosas para los sistemas sanitarios. Los
tratamientos de la obesidad por ejemplo se calcula que le cuestan al
Sistema de Salud Británico 5.000 millones £ anuales [2] y representan la
sexta parte del presupuesto de salud de EE.UU [3]. Pero esto no es solo
un problema de los países desarrollados, las ENT también son un grave
problema en los países en desarrollo [4]. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) [1] estima que el mayor aumento de las muertes por ENT
durante la próxima década ocurrirá en las regiones de África y del
Mediterráneo Oriental (27% y 25%, respectivamente). En respuesta a este
desafío mundial cada vez mayor, las reformas del sistema sanitario se
centran cada vez más en la promoción de la salud y en los enfoques
preventivos de la atención a los pacientes [1,5-7]. En esta misión, se
reconoce a los profesionales de la medicina un papel clave para
contribuir a resolver el problema de las enfermedades relacionadas con
el estilo de vida
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