Up to Date: Acid reflux (gastroesophageal reflux disease) during pregnancy; Accesed june 2016
La revue Prescrire 2015; 35 (381): 521-526
La revue Prescrire 2015; 35 (381): 521-526
Relacionado con los cambios hormonales y anatómicos que tienen lugar durante el embarazo, muchas mujeres en cinta sufren de reflujo gastroesofágico. El consejo inicial debe centrase en la adopción de un estilo de vida que evite factores favorecedores de la enfermedad, y si esto no es suficiente puede contemplarse el uso de un inhibidor de la bomba de protones o un antihistamínico H2.
Se estima que entre el 30 y el 50% de las mujeres embarazadas sufren durante este periodo la enfermedad de reflujo gastroesofágico. Los síntomas, tales como sensación de ardor detrás del esternón y regurgitación, tienen inicio durante el primer trimestre y se intensifican hasta el final del embarazo. Por lo general, las complicaciones son raras y la incómoda situación de reflujo suele desaparece después del parto.
Si no se obtienen buenos resultados después de recurrir inicialmente a medidas dietéticas (evitar las comidas copiosas y abundantes en materiales grasos, ácidos o picantes, y el consumo de café, alcohol, tabaco) y comportamentales (evitar el esfuerzo físico o el acostarse justo después de las comidas, o tratar de elevar la cabecera de la cama entre 10 y 15cm), la primera opción farmacológica para tratar los casos más dolorosos debe centrarse en el uso de un antiácido, que aunque no reduce la frecuencia ni la sintomatología del reflujo, si permite rebajar de forma rápida aunque sólo temporal, el carácter ácido del reflujo.
No existe un riesgo particular para el uso de un antiácido durante el embarazo siempre que se utilice por un período corto y en dosis moderadas. Algunos antiácidos contienen sodio, cosa que debe ser tenida en cuenta si se da el caso de hipertensión inducida por el embarazo. En función de las características de cada paciente se podrá elegir entre las diferentes opciones de antiácido disponibles.
Cuando la sintomatología es especialmente intensa o cuando existe riesgo o presencia de esofagitis puede recurrirse a los inhibidor de la bomba de protones. Omeprazol es la primera opción, tanto en el embarazo como fuera de él, pero en el caso de la mujer embaraza se trata del IBP mejor estudiado. Los datos relacionados con el uso de IBP durante el embarazo no han mostrado ningún riesgo particular.
Los bloqueadores selectivos H2 de histamina también se utilizan cuando los síntomas de la enfermedad por reflujo esofágico se muestran especialmente problemáticos o si existe ya caso de esofagitis, pero son menos eficaces que los IBP en la esofagitis severa. Los resultados sobre el uso de bloqueadores H2 en las mujeres embarazadas no presentan particularidades a destacar, pero el número de datos de que se dispone sobre esta exposición es limitado. La ranitidina es el bloqueador H2 más estudiado durante el embarazo y el medicamento de referencia. También se sabe que, por contra, Cimetidina debe ser evitado debido al riesgo de interacción con otros medicamentos con los que pueda compartir su conocido efecto anti-androgénico. Cuando por ignorancia de la existencia de embarazo se ha dado exposición a este fármaco, se ha descrito cierto riesgo, aunque bajo, de feminización de un feto masculino.
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