La atención primaria es la clave para la buena marcha del sistema sanitario y por eso hay que promocionarla, protegerla, mejorarla y, sobre todo, invertir en ella. Muchos países están inmersos en procesos renovadores de su atención primaria y, por ello, hay que estar atentos a las aportaciones que nos llegan, especialmente las del Reino Unido, donde la atención primaria es muy parecida a la nuestra. En un post anterior ya analicé un documento del Royal College of General Practitionersque ofrecía una visión del papel de los médicos de familia en 2022 y, en esta misma dirección, tengo en las manosun informe de un comité de expertos del National Health Service (Primary Care Workforce Commission) que ha elaborado un conjunto de propuestas de reformas para reforzar el futuro de la atención primaria, más amplio que el anterior, que se limitaba a una visión corporativa.
8 propuestas que nos pueden ser útiles
Algunas de las propuestas del informe son muy específicas del modelo inglés, como por ejemplo las que se refieren a circunstancias de trabajo de los General Practitioners, bastante diferentes a las de los médicos de familia de nuestro país. Otras, en cambio, convendría anotarlas, ya que el entorno general de la atención primaria es muy comparable, y de éstas he elegido ocho:
1.Más comunicación con los pacientes. En este sentido el documento hace dos propuestas muy concretas: a) un buen triaje a partir de la demanda debería dirigir las personas al tipo de profesional que más se ajuste a su problema, esto haría que, por ejemplo, se pudiera liberar tiempo de los médicos para que puedan atender mejor las necesidades clínicas más complejas, y b) se debería ofrecer a los pacientes una dirección de mail de su equipo asistencial para resolver de manera eficiente sus preguntas más frecuentes.
2.Más equipos multidisciplinares. Los médicos y las enfermeras deberían librarse de cargas burocráticas y, por este motivo, hay que aumentar las plantillas de administrativos y de profesionales para-médicos (el documento no específica demasiado este punto). El lema sería: no hacen falta más médicos ni más enfermeras, sino que lo que hace falta es que los profesionales asistenciales se dediquen todo el tiempo que tienen contratado a aportar valor a la salud de las personas en vez de ocuparse en trabajos que no les corresponden.
3.Más trabajo enfermero comunitario. Los sistemas deben invertir más en trabajo enfermero domiciliario que garantice los servicios de manera continuada las 24 horas del día y los 7 días de la semana. Los expertos ingleses creen que sólo así se podrían evitar las hospitalizaciones innecesarias de muchas personas mayores con fragilidades y cronicidades diversas.
4.Más funciones para los farmacéuticos. Tanto los farmacéuticos comunitarios como los clínicos deberían tener un papel más importante, especialmente en temas tan preocupantes como la falta de adherencia a la medicación o la polifarmacia de los pacientes mayores.
5.Más integración de los servicios sociales. Además de desplegar servicios sociales propios, la atención primaria necesita tener muchas más experiencias de coordinación y de integración con los servicios sociales comunitarios, tanto los gestionados por los ayuntamientos como los de otros proveedores.
6.Más tiempo para el trabajo en equipo. La elaboración de planes terapéuticos individualizados para los pacientes con necesidades sociales y sanitarias complejas requiere que los profesionales implicados tengan el tiempo necesario para poder coordinarse más de lo que lo hacen ahora.
7.Más comunicación con los especialistas del hospital. Los médicos y las enfermeras de la atención primaria han de tener línea comunicativa abierta tanto con los especialistas como con las plantas de hospitalización. Las vías de comunicación pueden ser diversas: la propia historia clínica, el mail, el teléfono, las reuniones telemáticas, etc. Las barreras comunicativas actuales entre atención primaria y hospital lo empeoran todo.
8.Más servicios paliativos. La atención a los episodios de final de vida no debería ceñirse a los últimos días de vida, sino que se debería ampliar a la atención proporcionada a las personas que tienen un pronóstico de vida reducido. Por eso hay que ampliar estos servicios y ofrecerlos desde la atención primaria con una atención continuada real que incluya noches y fines de semana.
El Profesor Martin Roland, Presidente de Primary Care Workforce Commission, explica que la orientación del grupo de trabajo ha sido elaborar propuestas para hacer evolucionar una atención primaria que hasta hoy ha proporcionado calidad y orden, además de haber garantizado la accesibilidad al sistema.
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