lunes, 28 de septiembre de 2015
DICAF. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Directamente relacionada con la exposición nociva al humo del tabaco y, en los países de menos ingresos también con condiciones laborales insalubres o con el uso de recursos energéticos nocivos, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es responsable de un gran número de muertes y situaciones altamente discapacitantes.
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), en la que actualmente se engloban también los términos bronquitis crónica y enfisema pulmonar ya en desuso, es una de las enfermedades prevenibles más extendidas a nivel mundial. Se caracteriza por una obstrucción progresiva e irreversible de las vías aéreas que dificulta el aporte de aire al organismo. Sus principales síntomas son la falta de aire o disnea, la tos crónica y el exceso de expectoración. Se trata de una condición potencialmente mortal, y en este sentido, datos de 2012, apuntan a esta enfermedad como responsable de más de 3 millones de muertes, lo que supone cerca del 6% de todas las muertes registradas en ese año. Se desarrolla de forma lenta, principalmente como consecuencia del tabaquismo (activo y pasivo) o por exposición continua a entornos en los que el aire se encuentra polucionado, y aunque históricamente su incidencia ha sido siempre mayor entre los hombres, actualmente afecta por igual a ambos sexos. Cuando se instaura e inicia su progresión, el deterioro de la calidad de vida del que la padece es continua, llegando en los casos más avanzados a ser altamente discapacitante, impidiendo el desarrollo de actividades tan cotidianas como andar de forma continuada o subir una escalera. La confirmación diagnóstica se obtiene mediante la realización de una espirometría, prueba que evalúa la cantidad y velocidad del aire inspirado y expirado. Al ser una enfermedad no curable, lo máximo a lo que se puede aspirar actualmente es a un control de la sintomatología (broncodilatadores, por ejemplo) y retrasar su progresión, para lo que se hace indispensable que el sujeto afectado abandone de forma total e inmediata el consumo de tabaco y la exposición a los aires contaminados, situación que ocurre, en muchas ocasiones, en determinados entornos laborales o debido al uso de combustibles sólidos en el mantenimiento de sistemas de calefacción o cocinas. La disponibilidad de opciones terapéuticas para el tratamiento varía en función de los recursos de cada país, dato que se encuentra en consonancia con el hecho de que más del 90% de las muertes relacionadas con EPOC se producen en países de ingresos bajos y medios, en los que en ocasiones existen dificultades para poner en práctica de forma generalizada posibles estrategias eficaces de prevención y control.
La lucha contra la EPOC forma parte de las actividades generales de prevención y control de las enfermedades no transmisibles que lleva a cabo la Organización Mundial de la Salud. Como parte de este plan de acción general el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, supone el primer tratado sanitario mundial que ha negociado la Organización, que ya ha sido ratificado por más de 180 países. La OMS también se encuentra a la cabeza de la Alianza Mundial contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas (GARD), una cooperación en la que organizaciones, instituciones y organismos nacionales e internacionales trabajan de forma voluntaria con el objetivo de disminuir la incidencia global de enfermedades respiratorias crónicas
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