El uso de inhibidores del TNF-α durante la gestación puede aumentar el
riesgo de desenlaces adversos de relevancia clínica moderada, según los
resultados de un estudio reciente (Br J Clin Pharmacol 2015; 25 marzo).
Los fármacos inhibidores del TNF-α se consideran relativamente seguros
durante la gestación, pero la experiencia es muy limitada. En un estudio
observacional prospectivo se evaluaron los desenlaces de las
gestaciones de mujeres tratadas con adalimumab, infliximab, etanercept,
certolizumab o golimumab durante la gestación y se compararon con los de
mujeres no tratadas. Se identificó a 495 gestantes expuestas y 1.532 no
expuestas, a partir de centros de la red europea ENTIS de información
sobre teratogenia de nueve países. El riesgo de malformaciones mayores
aumentó en las expuestas (5%) comparado con el grupo no expuesto (1,5%;
OR=2,2). El riesgo de prematuridad aumentó (17,6%; OR=1,69), pero no el
riesgo de aborto espontáneo. Los pesos al nacer ajustados por edad
gestacional y sexo fueron significativamente menores en el grupo
expuesto.
Los autores concluyen que los inhibidores del TNF-α durante la gestación
pueden aumentar el riesgo de desenlaces adversos de relevancia clínica
moderada. Si se considera el impacto de la enfermedad autoinmune
insuficientemente controlada sobre la madre y el niño, los inhibidores
del TNF-α se pueden considerar no obstante una opción de tratamiento en
mujeres con enfermedad grave refractaria a los fármacos
inmunomoduladores convencionales.
Hay que hacer seguimiento de las gestantes tratadas con estos fármacos
para conocer mejor los riesgos asociados a su uso durante la gestación.
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