Estudio retrospectivo que evaluó la utilización inapropiada de aspirina
en pacientes como prevención primaria de enfermedades cardiovasculares.
Los autores concluyen que más del 10% de los pacientes que toman
aspirina como prevención primaria la utilizan de forma inadecuada según
la evidencia científica actual.
Uno de los temas más controvertidos en la patología cardiovascular
durante los últimos años es el uso en prevención primaria de aspirina.
De hecho, entre aquellos pacientes sin enfermedad cardiovascular y bajo
riesgo a 10 años según las escalas, el porcentaje de sangrados
gastrointestinales y hemorragias asociadas a la aspirina supera
cualquier beneficio potencial sobre la placa de ateroma.
De acuerdo a las últimas guías de práctica clínica para prevención de
enfermedades cardiovasculares, el uso apropiado de aspirina se considera
únicamente si el paciente presenta un riesgo a 10 años superior al 6%,
siendo el resto de usos de dicho fármaco considerados inapropiados.
Un reciente estudio ha evaluado el uso inapropiado de aspirina entre más
de 68.000 pacientes de un registro nacional americano (119 hospitales).
De todos ellos, 7.972 (11,6%) se consideraron que utilizaban aspirina
de forma inapropiada. Este resultado fue consistente incluso al excluir
de la cohorte a las más de 21.000 mujeres mayores de 65 años (uso
inapropiado 15,2%) y a los pacientes diabéticos (uso inapropiado 13,9%).
A la vista de estos resultados, más del 10% de los pacientes que toman
aspirina como prevención primaria en los Estados Unidos la utilizan de
forma inapropiada. Estos hallazgos son importantes, ya que la
posibilidad de implementar la evidencia científica sobre la práctica
clínica real deja todavía mucho que desear. Lo más probable es que en
nuestro medio estos porcentajes sean similares.
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