Dres. Christian David Mallen, George Peat, Mark Porcheret
BMJ 2007;335:303
¿Qué datos debe tener en cuenta?
- El dolor crónico de rodilla afecta a 1 de 4 individuos mayores de
los 55 años. Los síntomas generalmente son leves a moderados. La osteoartritis es
el diagnóstico más frecuente y se presenta con dolor al realizar
actividad, limitación del movimiento, crepitación, inflamación
intermitente y ausencia de síntomas constitucionales.
-No son necesarios análisis de laboratorio. Más del 70%
de los pacientes con dolor crónico de rodilla tendrán evidencia
radiográfica de osteoartritis.
- Identifique los signos y síntomas de alarma que indican una derivación urgente como: trauma significativo, sepsis, evidencia de inflamación local severa.
Investigue causas inflamatorias. Considere causas extraarticulares
(dolor referido de cadera o espalda) y causas periarticulares como
bursitis.
-Los indicadores útiles de pronóstico son el nivel de
discapacidad, la severidad del dolor, el IMC y el estado psicológico. Es
importante tener en cuenta el trabajo del paciente para decidir
opciones de manejo.
-Debe estar atento a las comorbilidades que pueden afectar el dolor y su manejo (polimedicación, movilidad reducida).
Cómo debe tratar y aconsejar a su paciente:
Establezca un plan que permita al paciente controlar el dolor, disminuir la discapacidad y prevenir la progresión.
Observe ambas rodillas y compárelas.
Esto le ayudará para el diagnóstico diferencial. El examen básico
debe incluir rango de movimiento (incluyendo la rotación de la cadera),
fuerza muscular, estabilidad del ligamento, alteraciones en la
alineación (vago – valgus). Recuerde que la ausencia de crepitantes y el
alargamiento óseo no excluyen osteoartritis.
Escuche las preocupaciones del paciente y la causa probable de dolor o discapacidad, derribe los mitos sobre la artritis.
Mitos comunes sobre artritis:
- No tiene solución
- No se debe hacer ejercicio
- Solo personas mayores la padecen
- La cirugía siempre mejora
- Las únicas opciones de tratamiento son cirugía y paracetamol.
- No se puede trabajar si se tiene artritis.
Averigüe qué tratamiento ha realizado y bríndele material escrito y
contactos de confianza que lo ayuden a comprender la enfermedad.
Las intervenciones no farmacológicas son una parte
importante del tratamiento. Recomiende mantener la actividad, bajar de
peso (si tiene sobrepeso o es obeso), indique una rutina de ejercicios y
de ser necesario modifique su rutina laboral.
Revise el tratamiento que usaba el paciente, incluyendo suplementos y
analgésicos de venta libre. Seguramente le pedirán consejo sobre los
suplementos con glucosamina o condroitin sulfato, los resultados de
estudios son diversos, y los más recientes han demostrado escaso
beneficio sintomático.
La primera opción de tratamiento analgésico es el paracetamol.
Informe sobre los riesgos y beneficios del consumo de AINES. Explique
que se pueden evitar los efectos adversos o utilizar AINES tópicos. Los
corticoides intrarticulares inyectables son otra opción a tener en
cuenta para aliviar el dolor.
Recomiende o derive a su paciente a fisioterapia
para que conozca los tratamientos no farmacológicos disponibles como
la realización de ejercicios bajo supervisión, acupuntura, uso de
bastones u otros elementos que lo ayuden a caminar y consejo sobre las
actividades.
Si el paciente presenta un diagnóstico poco claro, signos de alarma, si
necesita cirugía o si no responde al tratamiento considere derivarlo a un reumatólogo o traumatólogo.
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