viernes, 18 de octubre de 2013
Cuidados paliativos algo mas que tratar síntomas
Como médico rural me he encargado de los cuidados paliativos de casi todos mis pacientes terminales: jovenes y mayores, oncológicos o no. Luego aparecieron los equipos de soporte domiciliario para cuidados paliativos. Gente preparada y normalmente muy motivada. Pero con unos objetivos excesivamente biologicistas. Su cometido y principal objetivo es el control de síntomas. Y punto. Con mucho cariño, empatía, cordialidad y profesionalidad, pero solo eso la mayor parte de las veces. De alguna manera yo he sentido que "cosifican" a los pacientes, que tratan síntomas y no enfermos.
Siempre que he podido, he procurado prescindir de sus servicios y encargarme personalmente de mis terminales, aunque siempre he tenido su teléfono a mano por si necesitaba material, medicación, orientación..
Y cuando yo he asumido el seguimiento de mispacientes terminales, además de proporcionar teléfono directo, accesibilidad en cualquier momento,...he tratado con ellos y con la familia muchos más aspectos que la medicación o los cuidados higiénicos. Hemos abordado el conflicto entre hermanos que no se hablan desde hace años de cara al final de su vida, de que hacer con los niños pequeños en el domicilio durante la fase terminal y despues del fallecimiento, de como comunicarle a esos niños pequeños la enfermedad, y la posibilidad del fallecimiento, de la repercusión en el rendimiento escolar de los hijos, de como decorar la habitación, de como orientar la cama, de como servir la comida, de si precisa consuelo espiritual con algún sacerdote (en el caso de los religiosos), de la sexualidad, de los seguros de vida, y tambien de los vómitos, el dolor, la astenia,.....
Y por supuesto muchas horas de conversación con la (normalmente "la") cuidadora tratando de reducir su miedo, de aportar seguridad, de disminuir sentimientos de culpabilidad por no poder evitar el sufrimiento,.....
Es algo muy complejo y completo que afecta a la totalidad de la experiencia vital del enfermo y su familia y tambien del equipo (medico/a y enfermero/a) asistencial.
Pero al final proporciona alivio y consuelo al que sufre y satisfacción al que comparte el sufrimiento desde su hacer profesión. Merece la pena.
( Fernando Barrera, Médico Rural Zaragoza)
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