Más allá del c-LDL, evidencia reciente destaca la importancia de TG, apolipoproteína B (apoB) y lipoproteína (a) [Lp (a)] para el RCV residual.
https://academic.oup.com/eurheartj/
Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo un gran desafío sanitario global, siendo la dislipidemia un factor de riesgo clave modificable. Aunque el colesterol lipoproteico de baja densidad (LDL-C) es el principal objetivo de las terapias para reducir los lípidos, la evidencia reciente destaca la importancia de los triglicéridos, la apolipoproteína B (apoB) y la lipoproteína (a) [Lp(a)] para el riesgo cardiovascular residual. Las terapias actuales para reducir los lípidos se dirigen a enzimas y proteínas clave implicadas en el metabolismo del colesterol y los lípidos. Las estatinas inhiben la reductasa HMG-CoA, reduciendo la biosíntesis del colesterol y aumentando la expresión de los receptores LDL (LDLR) en el hígado. El ácido bempedoico inhibe la liasa de citrato de ATP, la enzima que sube de la HMG-CoA reductasa en la vía del mevalonato, ofreciendo una alternativa a las estatinas al actuar selectivamente en el hígado, minimizando los efectos secundarios relacionados con los músculos. Los inhibidores de la subalisina/kexin tipo 9 de la proproteína convertasa (PCSK9) [evolocumab, alirocumab, inclisiran, lerodalcibep y decanoato de enlicitido (MK0616)] previenen la degradación del LDLR, mientras que la ezetimiba limita la absorción intestinal del colesterol. Los objetivos emergentes que reducen los lípidos incluyen la proteína tipo angiopoietina tipo 3 (ANGPTL3) y la apolipoproteína C-III (apoC-III). Inhibir ANGPTL3 reduce tanto los triglicéridos como el LDL-C independientemente del receptor LDL. La inhibición de apoC-III libera la actividad de la lipoproteína lipasa (LPL), promoviendo un catabolismo de partículas ricas en triglicéridos, incluso en casos de deficiencia completa de LPL. La inhibición de la proteína de transferencia de éster colesterílico (CETP) también aumenta el catabólico de lipoproteínas que contienen apoB. La investigación en curso sobre estrategias para reducir la Lp(a), principalmente pero no exclusivamente mediante terapias antisentido, tiene como objetivo demostrar los beneficios cardiovasculares de dirigirse a esta lipoproteína. En resumen, el campo de los objetivos para la reducción de lípidos y lipoproteínas está en constante evolución y ofrece nuevas estrategias para pacientes resistentes a terapias actuales o con anomalías específicas en el perfil lipídico.

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