No existe tratamiento eficiente para la lesión renal aguda, por lo que prevenirla es la estrategia más inteligente. Recomiendan estos 10 tips.
La lesión renal aguda (IRA) es un síndrome heterogéneo asociado a peores resultados clínicos. Muchos tratamientos y procedimientos en el paciente hospitalizado pueden causar IRA. Por lo tanto, se espera que la incidencia de IRA iatrogénica sea alta. En esta revisión ofrecemos 10 consejos prácticos sobre cómo manejar y evitar la IRA iatrogénica. Cubrimos la identificación de pacientes vulnerables mediante datos epidemiológicos y recomendamos el uso de biomarcadores de estrés renal para mejorar el cribado de los pacientes de alto riesgo. Además, discutimos las limitaciones de los criterios diagnósticos actuales de IRA. Como conclusión clave, sugerimos la implementación de nuevos biomarcadores de daño en la rutina clínica para identificar IRA subclínica, lo que puede guiar nuevas vías de tratamiento clínico. Para reducir aún más la incidencia de IRA asociada al procedimiento, recomendamos ciertas medidas preventivas. En primer lugar, esto incluye la mejora de la hemodinámica y evitar los fármacos nefrotóxicos siempre que sea posible. En los casos de IRA grave, ofrecemos consejos para la implementación y el tratamiento de la terapia renal sustitutiva y destacamos las ventajas de la anticoagulación regional con citrato. La prueba de esfuerzo con furosemida podría ser de ayuda para reconocer a los pacientes que requerirán terapia de reemplazo renal. Por último, discutimos la progresión de la IRA a enfermedad renal aguda y crónica y el manejo de este problema creciente. Ambos pueden desarrollarse después de episodios de IRA y tienen implicaciones importantes para la comorbilidad del paciente y los resultados renales y no renales a largo plazo. Por lo tanto, recomendamos la monitorización a largo plazo de los parámetros renales después de la IRA.
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