¿Qué fármacos debemos tener en cuenta en pacientes con miastenia gravis?

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Propósito: La miastenia gravis (MG) no se cubre comúnmente en los planes de estudio de las escuelas de farmacia. Sin embargo, muchos medicamentos que se ha informado que causan exacerbaciones de la MG se encuentran entre los 200 medicamentos más recetados. El propósito de esta actualización terapéutica es proporcionar a los farmacéuticos una comprensión general de la fisiopatología y el tratamiento de la MG y describir los medicamentos comunes con el potencial de causar una nueva aparición o un empeoramiento agudo de esta enfermedad.

Resumen: La MG es un trastorno autoinmune en el que los pacientes desarrollan autoanticuerpos contra un componente de la unión neuromuscular, con mayor frecuencia el receptor de acetilcolina, lo que resulta en un deterioro de la contracción del músculo esquelético. Aunque la MG no es muy prevalente, hay hasta 60,000 personas con MG en los EE. UU., lo que la convierte en una enfermedad que muchos farmacéuticos probablemente encontrarán al menos una vez en su carrera. Los fármacos inmunosupresores y los inhibidores de la acetilcolinesterasa son los pilares del tratamiento, aunque hay pruebas limitadas sobre qué fármacos son más eficaces. Los medicamentos que activan el sistema inmunitario, como los inhibidores de puntos de control inmunitario, pueden causar una nueva aparición de la enfermedad, mientras que los que actúan sobre la unión neuromuscular, como los macrólidos y las fluoroquinolonas, pueden causar un empeoramiento agudo de la enfermedad.

Conclusión: La MG, aunque no se cubre con frecuencia en los planes de estudio de las escuelas de farmacia, es un estado de enfermedad para el cual no es raro que los farmacéuticos brinden atención. El tratamiento tiende a ser específico para cada paciente y la evidencia suele ser débil. Muchos medicamentos que causan una nueva aparición o empeoramiento de la MG se encuentran entre los más recetados. Las clases clave de medicamentos que se deben usar con precaución incluyen macrólidos, fluoroquinolonas, bloqueadores de β y magnesio.