Si nos hacemos la pregunta de qué es una buena prescripción, a menudo recurrimos a la definición difundida por Dukes: «La prescripción racional se consigue cuando el profesional bien informado, haciendo uso de su mejor criterio, prescribe al paciente un medicamento bien seleccionado, en la dosis adecuada durante el período de tiempo apropiado y al menor coste posible".
Basta con ver el principio de dicha definición para darnos cuenta de que disponer de buena información sobre medicamentos es fundamental en la práctica de la medicina. El problema es que hay tanta información disponible que puede ser difícil identificar fuentes de información rigurosas, actualizadas, no sesgadas y basadas en la evidencia.
Por supuesto, ante una necesidad de información, el clínico puede tomar tres caminos:
- Recurrir a la información distribuida por la industria farmacéutica, que no siempre cumple los requisitos del párrafo anterior [basta consultar las "Críticas a la publicidad" en las Fichas de Evaluación de Nuevos Medicamentos en la web del CEVIME-Centro de Información de Medicamentos del Gobierno Vasco].
- Dirigir la consulta a su Servicio de Farmacia de AP de cabecera, remedando el famoso dicho de "en caso de duda, consulte a su farmacéutico".
- Buscar uno mismo la información, al estilo de Juan Palomo.
Para los que prefieren la última opción, traemos esta vez un BOLETÍN INFAC que lleva por título DÓNDE BUSCAR INFORMACIÓN SOBRE MEDICAMENTOS.
Este estupendo boletín nos detalla múltiples recursos (algunos gratuitos, otros de pago pero accesibles a través de las Bibliotecas Virtuales de los distintos Servicios de Salud) donde buscar la respuesta a esa pregunta clínica que nos surge.
A menudo se escucha a gente decir que necesita formación y actualización continua (eso es verdad) y que sólo la industria se la proporciona (eso ya no es tan verdad). Tenemos toda la información al alcance de nuestro ratón y además, si sabemos dónde buscar, nos aseguramos de que será rigurosa, actualizada, no sesgada y basada en la evidencia.
Claro, siempre es más cómodo que nos lo cuente alguien en un lugar agradable y con pausa-café, pero no hay pescado más sabroso que el que hemos pescado nosotros mismos.
Nos leemos.
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