En los adultos mayores (≥65 años) con diabetes tipo 2, la prevalencia de "sobretratamiento de la diabetes", definida según la hemoglobina glicosilada (HbA1c) <7% con el uso de insulina o sulfonilureas, oscila entre el 26% y el 40% (1–3). Tradicionalmente, el tratamiento excesivo de la diabetes se considera un desequilibrio en el control de la diabetes cuando los daños previstos del control glucémico superan los beneficios de la terapia hipogluceosa. Los "Estándares de atención en la diabetes" de la Asociación Americana de la Diabetes se refieren al tratamiento excesivo de la diabetes como "control glucémico intensivo con planes de medicamentos que incluyen insulina y sulfonilureas en adultos mayores con afecciones médicas complejas" (4). Aunque la Asociación Americana de la Diabetes recomienda un marco para los objetivos personalizados de HbA1c de acuerdo con el estado de salud de los adultos mayores, la mayoría de los ensayos clínicos han definido el sobretratamiento de acuerdo con el umbral de HbA1c que oscila entre el <6.0% y el <8.0%, con y sin el uso de insulina o sulfonilureas. Sin embargo, en algunos estudios se utilizaron umbrales individualizados de HbA1c según las guías de práctica clínica para adultos mayores (4-7). Por lo tanto, históricamente, la definición de sobretratamiento de la diabetes ha sido vaga en la literatura científica.
En los adultos mayores con diabetes y multimorbilidad, los beneficios del control intensivo de la glucemia se ven contrarrestados por un mayor riesgo de eventos hipoglucémicos y mortalidad general. La evidencia de los ensayos controlados aleatorizados mostró una reducción de las complicaciones microvasculares con el control glucémico intensivo, pero no mostró el beneficio del control glucémico intensivo en la reducción de las complicaciones macrovasculares (8-11). Además, los estudios en adultos mayores con diabetes muestran una relación en forma de U entre la HbA1c y el riesgo de mortalidad (12), demostrando un riesgo elevado de mortalidad con valores de HbA1c <6% y >11% (13). Por lo tanto, es necesaria una evaluación exhaustiva del riesgo-beneficio antes de iniciar el tratamiento intensivo de la glucemia en esta población heterogénea.
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