miércoles, 24 de abril de 2024

NEJM. Betabloqueantes tras infarto de miocardio y fracción de eyección preservada.

 https://www.nejm.org/

La mayoría de los ensayos que han mostrado un beneficio del tratamiento con betabloqueantes después del infarto de miocardio incluyeron pacientes con infartos de miocardio grandes y se realizaron en una época anterior al diagnóstico moderno basado en biomarcadores del infarto de miocardio y al tratamiento con intervención coronaria percutánea, agentes antitrombóticos, estatinas de alta intensidad y antagonistas del sistema renina-angiotensina-aldosterona.

MÉTODOS

En un ensayo abierto de grupos paralelos realizado en 45 centros de Suecia, Estonia y Nueva Zelanda, asignamos al azar a pacientes con un infarto agudo de miocardio que se habían sometido a una angiografía coronaria y tenían una fracción de eyección del ventrículo izquierdo de al menos el 50% para recibir tratamiento a largo plazo con un betabloqueante (metoprolol o bisoprolol) o ningún tratamiento con betabloqueantes. El criterio principal de valoración fue una combinación de muerte por cualquier causa o nuevo infarto de miocardio.

RESULTADOS

Desde septiembre de 2017 hasta mayo de 2023, se inscribieron un total de 5020 pacientes (el 95,4% de los cuales eran de Suecia). La mediana de seguimiento fue de 3,5 años (rango intercuartílico, 2,2 a 4,7). Se presentó un evento primario de criterio de valoración en 199 de 2508 pacientes (7,9 %) en el grupo de betabloqueantes y en 208 de 2512 pacientes (8,3 %) en el grupo sin betabloqueantes (cociente de riesgos instantáneos, 0,96; intervalo de confianza del 95 %, 0,79 a 1,16; p=0,64). El tratamiento con betabloqueantes no pareció conducir a una menor incidencia acumulada de los criterios de valoración secundarios (muerte por cualquier causa, 3,9% en el grupo de betabloqueantes y 4,1% en el grupo sin betabloqueantes; muerte por causas cardiovasculares, 1,5% y 1,3%, respectivamente; infarto de miocardio, 4,5% y 4,7%; hospitalización por fibrilación auricular, 1,1% y 1,4%; y hospitalización por insuficiencia cardíaca; 0,8% y 0,9%). Con respecto a los criterios de valoración de seguridad, la hospitalización por bradicardia, bloqueo auriculoventricular de segundo o tercer grado, hipotensión, síncope o implante de marcapasos se produjo en el 3,4% de los pacientes del grupo betabloqueante y en el 3,2% de los del grupo sin betabloqueantes; hospitalización por asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica en 0,6% y 0,6%, respectivamente; y la hospitalización por accidente cerebrovascular en el 1,4% y el 1,8%.

CONCLUSIONES

Entre los pacientes con infarto agudo de miocardio que se sometieron a angiografía coronaria precoz y tenían una fracción de eyección del ventrículo izquierdo preservada (≥50%), el tratamiento con betabloqueantes a largo plazo no condujo a un menor riesgo de muerte por cualquier causa o nuevo infarto de miocardio que sin uso de betabloqueantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario