jueves, 30 de noviembre de 2023

FÁRMACOS KM.0. EL PESO DE LA SEMAGLUTIDA EN EL TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD

 https://farmacoskm0.wordpress.com/2023/11/30/el-peso-de-la-semaglutida-en-el-tratamiento-de-la-obesidad/

La obesidad es una patología muy prevalente en la actualidad y se prevé que continúe aumentando en los próximos años. Es bien conocido que la obesidad aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como hipertensión (HTA), diabetes mellitus tipo 2 (DM2), dislipemia (DL) o apnea del sueño, entre muchas otras. 

La base del tratamiento de la obesidad, y del sobrepeso, debería ser principalmente modificación del estilo de vida, es decir, seguir una dieta saludable y realizar ejercicio físico de forma regular. En caso de que esto no fuera suficiente, podemos recurrir al tratamiento farmacológico, o en casos con obesidad mórbida o comorbilidades asociadas se puede plantear también la cirugía metabólica. En España, actualmente están autorizados para el tratamiento de la obesidad Orlistat (un inhibidor de las lipasas gastrointestinales), la combinación de naltrexona y bupropion (no comercializado en España) y los análogos del péptido 1 similar a glucagón (aGLP1) liraglutida y semaglutida (ambos en su forma de administración subcutánea y con problemas de suministro). Actualmente, la semaglutida oral no está autorizada para el tratamiento de la obesidad. 

El GLP1 actúa como regulador del apetito y la ingesta de alimentos. En España, la semaglutida estaba autorizada para personas con diabetes tanto en su forma oral como subcutánea (a dosis máxima de 1 mg semanal) y sólo financiada en aquellos casos de pacientes diabéticos con IMC ≥ 30 y que no tuvieran control glucémico adecuado. Semaglutida ha demostrado ser eficaz tanto en el control de la glucemia como en la reducción de peso, lo cual provocó que se utilizara (fuera de indicación en ficha técnica) por personas no diabéticas para adelgazar y controlar el apetito. Y finalmente, desembocó en los serios problemas de abastecimiento que todos recordaremos. 

Próximamente, se comercializará en España semaglutida a dosis de 2,4 mg en inyección subcutánea semanal. Esta vez autorizada para el control del peso, como complemento a una dieta baja en calorías y aumento de ejercicio físico, en personas adultas con IMC ≥ 30 o IMC ≥ 27 en presencia de al menos una comorbilidad relacionada con el peso (como glucemia basal alterada, DM2, HTA, DL, apnea del sueño o enfermedad cardiovascular). 

Semaglutida ha demostrado ser más eficaz en la pérdida de peso que liraglutida, el otro aGLP1 autorizado como tratamiento de la obesidad. Aunque la pérdida de peso se estabiliza a las 60-68 semanas de tratamiento y, si se retira, se recupera gran parte del peso perdido en un año. 

Recientemente, se ha publicado un ensayo clínico en el NEJM aleatorizado y doble ciego, en el que se plantearon si la semaglutida a dosis de 2,4 mg subcutáneos semanales en personas no diabéticas, pero con IMC ≥ 27 y con enfermedad cardiovascular previa, disminuía la aparición de nuevos eventos cardiovasculares. El ensayo, controlado con placebo, demostró que reducía la aparición de nuevos eventos cardiovasculares, pero no demostró disminuir la muerte por causa cardiovascular. 

La mayoría de los efectos adversos son gastrointestinales (sobre todo náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento), que suelen ser transitorios y disminuyen con el tiempo. También se ha observado que a mayor dosis, mayor tasa de eventos adversos. 

Además, la pérdida rápida de peso se asoció a aumento de patología biliar en estos pacientes. Recientemente se han identificado nuevos eventos adversos como pérdida de cabello, mareos o cefalea. Se desconocen aún qué efectos adversos pueden producirse a largo plazo. 

Hace unos meses la Agencia Europea del Medicamento (EMA) comenzó una revisión para evaluar si los aGPL1 tienen riesgo de producir ideación suicida o autolesiva, a raíz de una alerta de la agencia islandesa del medicamento, según nos cuenta el reciente Boletín INFAC sobre obesidad. Se desconoce por el momento si la medicación puede estar relacionada con los casos que motivaron la alerta en Islandia.  

La Semaglutida y los aGLP1 son un tratamiento eficaz para la obesidad, pero siempre asociado a un cambio en el estilo de vida que incluya una dieta saludable y ejercicio físico regular. La pérdida de peso que estos fármacos producen se estabiliza llegado a cierto punto, y la suspensión de los mismos hace que gran parte del peso perdido se recupere. Esto podría obligarnos a mantener el fármaco aGLP1 de forma indefinida, sin poder prever cuáles serán los efectos adversos a largo plazo, ya que aún se desconocen. 

Por tanto, el abordaje multifactorial de la obesidad sigue siendo la base de su tratamiento, ya que, por desgracia, la “poción mágica” aún no la hemos inventado. 

Autoría: Sandra Pérez Santos, Susana Domínguez Mateos, Aranzazu Murciano Antón, médicos de familia y miembros del grupo de Farmacoterapia de la Somamfyc.

 

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