El exponencial aumento del número de viajes internacionales ha traído consigo un incremento proporcional en el número de consultas de niños que presentan fiebre a la vuelta del viaje. En general, se suelen considerar en el diagnóstico diferencial del síndrome febril aquellas enfermedades propias de los países visitados por el paciente en los últimos 12 meses, cobrando este antecedente especial relevancia cuando la vuelta del viaje ha sido en las últimas 4-6 semanas. El motivo de que prestemos más atención a este último periodo es que la malaria por Plasmodium falciparum, cuyo periodo de incubación abarca hasta el primer mes desde el regreso de una zona endémica, destaca por ser la entidad con mayor carga de enfermedad (ingresos y mortalidad).
Aunque se deben tener en mente en el diagnóstico diferencial todas aquellas enfermedades más propias de los países visitados, no deben descuidarse otras más habituales en nuestro país, que bien han podido adquirirse en el lugar visitado, donde pueden o no ser más frecuentes (como es el caso de la enfermedad meningocócica en el llamado “cinturón de la meningitis”), bien han podido ser adquiridas ya en el país del paciente. Por otro lado, en la mayoría de los casos nos hallaremos frente a una enfermedad común, leve y autolimitada. Este capítulo de la guía ABE no profundiza en el estudio de este tipo de patologías, pero no por ello deben excluirse del estudio diagnóstico ni del manejo terapéutico. Tampoco se pormenorizan todas y cada una de las entidades nosológicas potencialmente causantes de un síndrome febril tras el viaje, pero sí las más frecuentes y aquellas que requieren un tratamiento y, por ende, un diagnóstico más urgente.
A continuación, se ofrece información esquemática que pretende servir de ayuda para el abordaje inicial del paciente pediátrico que presenta un síndrome febril y antecedente de viaje internacional reciente.
https://www.guia-abe.es/temas-clinicos-fiebre-tras-un-viaje-internacional
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