Even John Snow needed to start with a plausible hypothesis to know where to look and choose what data to examine1.
La realidad incuestionable es la aparición de los big data
(datos masivos). Este término se refiere a los grandes volúmenes de
información compleja y conectable que crece continuamente, de modo que
la información parece duplicarse cada 2 años, y este fenómeno podría
estarse acelerando. En este sentido, cabe destacar que mucha de esta
información era inaccesible hace solo una década.
Los
datos masivos proceden de múltiples fuentes de información, derivados
de diferentes contextos, tales como los financieros, la informática de
negocio, el ocio, las redes sociales y las redes laborales, las ciencias
ambientales y también la salud. En este último ámbito existen múltiples
fuentes de información derivadas de la medicina asistencial, la
genómica, la biología molecular, la clínica, la epidemiología y la salud
pública, entre otras.
La investigación en salud pública y en epidemiología tiene por objetivo conocer la salud de la población y sus determinantes2. Los posibles beneficios de los big data en la investigación en este campo son el uso de diversas fuentes de información y la rapidez en el análisis3. Estas dos características, según algunas opiniones, podrían dejar el método científico actual obsoleto4.
No comparto esta última opinión. Parece que nos volvemos a enfrentar al
mismo problema que hace tres décadas con la llegada de los ordenadores
personales, cuando se creía que la velocidad de análisis iba a cambiar
el método científico en la investigación epidemiológica. Es por ello que
centraré mi contribución a este debate en señalar los «peligros» del
uso de los big data en la investigación en salud pública y en epidemiología.
http://gacetasanitaria.org/es-peligros-del-uso-los-big-articulo-S0213911115002046
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