Los medicamentos no están exentos de
efectos no deseados. Entre estos efectos adversos se ha descrito, para
un número no despreciable de fármacos de uso habitual en la población,
el desarrollo de un mayor riesgo de infecciones. Estos efectos pueden
afectar a la población general expuesta a dichos medicamentos, siendo
más susceptible la población especialmente sensible, como son los
pacientes polimedicados o con determinadas comorbilidades de base
(bronquiectasias, pacientes sondados, …).
Paradójicamente, los ejemplos más claros de desarrollo de infecciones relacionadas con la toma de medicamentos son las infecciones secundarias producidas tras el tratamiento con antibióticos,
debido principalmente a la eliminación de la flora comensal y al
sobrecrecimiento de otros microorganismos, que encuentran una
oportunidad de oro de expandirse en el medio. O las infecciones
producidas tras inmunización con vacunas vivas atenuadas que, en casos poco frecuentes,
pueden ser graves e incluso mortales, con un gran impacto social y
mediático a pesar de su extremada baja frecuencia, como el desarrollo de
fallo multiorgánico con resultado de muerte tras inmunización con la vacuna contra la fiebre amarilla en el año 2004 .
Revisando la literatura, encontramos más casos: https://www.sefap.org/2019/01/16/
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