Los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) están sujetos a exacerbaciones de su enfermedad, es decir, episodios de agravación prolongada. Las causas conocidas son principalmente infecciones virales y bacterianas. Algunas exacerbaciones justifican la hospitalización: EPOC grave, aumento rápido de los signos respiratorios, presencia de enfermedades asociadas (por ejemplo, diabetes, enfermedades cardiovasculares).
Cuando la exacerbación es moderada, los resultados de los ensayos disponibles muestran que siete de cada diez pacientes se recuperan en menos de cuatro semanas sin antibióticos. Aproximadamente uno de cada diez pacientes se cura más rápido con la terapia con antibióticos, lo que también puede extender el intervalo hasta la siguiente exacerbación.
Las terapias con antibióticos exponen a los pacientes a portar bacterias resistentes, que son fuentes de infecciones más difíciles de tratar. En ausencia de evidencia sólida que especifique qué pacientes pueden beneficiarse, es preferible prescribir antibióticos como tratamiento de primera línea cuando la sospecha de infección bacteriana se ve reforzada por el aumento de la purulencia del esputo. En ausencia de un factor de riesgo particular, la primera opción es un ciclo de 5 días de amoxicilina oral. La combinación de amoxicilina + ácido clavulánico es una alternativa. Un macrólido como la espiramicina o azitromicina es una opción cuando la amoxicilina no es apropiada.
Ya sea que se elija o no un tratamiento con antibióticos, el monitoreo del paciente es útil durante los primeros días para detectar cualquier agravación que justifique un cambio en el tratamiento.
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