viernes, 14 de diciembre de 2018

Portal del Medicamento. Azitromicina, el antibiótico de tres días.

La sobreutilización de macrólidos en población pediátrica es frecuente. En el Ojo de Markov número 76: Prescripción de antibióticos asociados a faringoamigdalitis en menores de 14 años (septiembre 2018), se analizó la prescripción de antibióticos en Sacyl en el año 2017 a estos menores:

  • El 33% de las prescripciones asociadas al diagnóstico de catarro/rinosinusitis, eran de un macrólido.
  • El 17% de las prescripciones asociadas a los códigos de "faringoamigdalitis", eran de un macrólido.
    En el 25% de los cupos de pediatría, la prescripción de macrólidos en faringoamigdalitis superaba el 19%.
  • Se estimó que, al menos, el 80% de las prescripciones de macrólidos no se justificaba por alergia a betalactámicos.

Esta sobreutilización puede deberse a que los macrólidos presentan posologías más cómodas y más cortas. De hecho, la azitromicina era el segundo principio activo más prescrito para faringoamigdalitis (el 17% del total de antibióticos).

Dos pediatras en casa


En la página web "dos pediatras en casa", se aborda la utilización de la azitromicina y, en forma de preguntas y respuestas, se explican las limitaciones de uso de este antibiótico, a pesar de lo seductor de su cómoda posología. Nos parece interesante reproducir su contenido porque trata un problema identificado en Sacyl. Aunque, en principio, está dirigida a los padres, consideramos que puede ayudar a la concienciación de los profesionales, así como a dar respuesta a las demandas de estos tratamientos:

¿Para qué sirve el antibiótico de tres días (azitromicina) en niños?


Seguro que muchos la conocéis, incluso algún pediatra os la habrá recetado alguna vez porque vuestro hijo estaba enfermo. Hablamos, nada más y nada menos, que de la Azitromicina. Un antibiótico que se emplea en exceso en la edad infantil ya que sus indicaciones son muy limitadas.

¿Qué es la Azitromicina?


La Azitromicina es un antibiótico que pertenece al grupo de los Macrólidos, en el cual podéis encontrar algún otro antibiótico que quizá os suene como la Claritromicina.

Se le conoce como el "antibiótico de los tres días" porque su posología es muy cómoda: 1 dosis cada 24 horas durante 3 días (en ocasiones se emplea una pauta similar pero de 5 días). Esta posología es muy apreciada por los padres ya que, a diferencia de las pautas clásicas de otros antibióticos -como la amoxicilina- que en general se emplean cada 8 horas durante una semana, no es necesario administrárselo durante el horario escolar y en menos que canta un gallo han terminado con el tratamiento.

Sin embargo, la Azitromicina no es un antibiótico mágico que sirva para todo. Que no os engañe esa predilección por un antibiótico tan fácil de administrar.

¿Para qué NO sirve la Azitromicina?


Como cualquier antibiótico, la Azitromicina fue diseñada para tratar infecciones provocadas por ALGUNAS bacterias. Por tanto, no es efectivo para el tratamiento de ninguna infección provocada por virus, los cuales suelen provocar catarros, mocos y toses varias.

Si nos centramos en las enfermedades habituales provocadas por bacterias en niños, las más frecuentes son las otitis, las neumonías y las faringitis por estreptococo. Basta repasar los protocolos de la Asociación Española de Pediatría sobre estas infecciones para darse cuenta de que la Azitromicina y los demás Macrólidos, no son nunca la primera opción de tratamiento y se reservan para aquellos niños que son alérgicos a los diferentes antibióticos de elección en cada una de ellas.

La Azitromicina es un antibiótico que sirve para tratar algunas infecciones por bacterias. No es efectiva contra infecciones por virus, como los catarros.

Para entender por qué esto es así debemos fijarnos en cuál es la bacteria que provoca con más frecuencia cada tipo de infección. Por ejemplo, la gran mayoría de otitis y neumonías de los niños están provocadas por una bacteria que se llama Neumococo. El antibiótico de elección en ambos casos es la Amoxicilina, ya que el Neumococo es muy sensible a este antibiótico. En el caso de las faringitis provocadas por Streptococo pyogenes (las únicas que hay que tratar con antibiótico), este germen es sensible a la penicilina por lo que debemos emplearla en primer lugar.

En España, el Neumococo y el Streptococo son resistentes a la Azitromicina y resto de Macrólidos en el 30% y 20% respectivamente, por lo que, como ya hemos comentado, no deben emplearse nunca como primera opción y deben reservarse para situaciones especiales.

Entonces, ¿para que SÍ sirve la Azitromicina en niños?


Pues bien, aunque hace un momento hayamos dicho que la Azitromicina no tiene casi papel en las infecciones habituales en pediatría, sí que tiene un hueco en un par de infecciones concretas.

La Azitromicina es el antibiótico de primera elección para el tratamiento de la tosferina. Esta enfermedad está provocada por un bacteria que se llama Bordetella pertussis y es altamente sensible a la azitromicina, motivo por el que se emplea como primera opción.

Este antibiótico también es muy efectivo como tratamiento del Mycoplasma pneumoniae, bacteria que da lugar a un tipo de nuemonía especial que se denomina Neumonía Atípica. Cursa con fiebre de bajo grado (incluso hay niños que no llegan a tener fiebre) y tos en niños de entre 5 y 15 años. A diferencia de la neumonía típica, la clínica es más insidiosa lo que hace que en general se tarde en diagnosticar varios días, incluso algunas semanas.

Por tanto, si tu pediatra te pauta este antibiótico de tres días, debería decirte que está sospechando alguna de estas dos infecciones: una tosferina o una nuemonía atípica. De lo contrario, no tiene mucho sentido administrar Azitromicina a un niño por cualquier otro motivo.

Excepcionalmente también se utiliza en caso de diarrea por Campylobacter. La gran mayoría de las gastroenteritis se curan solas, incluidas las provocadas por este patógeno. En caso de que la diarrea fuera persistente y siempre con un cultivo en heces para este patógeno, la Azitromicina estaría indicada. Sin embargo, esta situación escapa del día a día de la consulta del pediatra.

Pero es que, cuando mi hijo tiene tos y mocos y su pediatra se lo pauta, siempre mejora en 2-3 días…


En el caso de que tu pediatra te pautara la Azitromicina porque esté sospechado una tosferina o un neumonía atípica, es normal que el cuadro clínico mejore en unos días. Pero, ¿cuántas veces puede tener un niño una infección de este tipo durante la infancia?, ¿una vez? Me atrevería a decir que dos como muchísimo.

Otra cosa bien distinta es que, ante un catarro vulgar, tu hijo mejore con este antibiótico. Como ya hemos dicho en varias ocasiones, un catarro es una infección que está provocada por un virus y que da lugar a fiebre, tos y mucosidad. Debido a que es una infección provocada por un virus, mejorará sola en unos días y en el caso de que le estés administrado Azitromicina a tu hijo tendrás la falsa sensación de que mejora por el antibiótico y no porque tenía que mejorar ella sola. No os debéis quedar con esa sensación de que tu hijo mejora de sus fiebres, toses y mocos cada vez que recibe Azitromicna ya que los catarros se curan igual con y sin antibiótico.

Sin embargo, y sin poner en duda la profesionalidad de vuestros pediatras, hay que desconfiar de la indicación de este antibiótico si cada vez que vuestro hijo tiene fiebre, tos y mocos, acaba con un ciclo de tres días de Azitromicina.

Bueno, tampoco pasará nada porque mi hijo lo tome de vez en cuando aunque lo que tenga sea un virus, ¿no?


Esta es un pensamiento que tienen muchos padres y que me preocupa.

La Azitromicina, como cualquier antibiótico, debe prescribirse con una sospecha clara y fundada de que lo que está padeciendo un niño va a mejorar cuando se lo tome.

Si mandamos antibióticos "por mandar algo" estaremos cayendo en dos gravísimas situaciones. Por un lado estaremos exponiendo al niño a los efectos secundarios de un fármaco que no necesita. Por otro, y quizá más importante, estaremos contribuyendo al aumento de las resistencias bacterianas a los antibióticos al prescribirlo en infecciones que no se necesitan. Éste es un problema muy grave a nivel mundial que puede dar lugar a que antibióticos que ahora son excelentes para tratar cierto tipo de infecciones dejen de ser eficaces y no sirvan para nada en el futuro.


Resumiendo, la Azitromicina tiene unas indicaciones muy claras en pediatría. Tu pediatra debe conocerlas y hacer una prescripción adecuada y responsable en el caso de que esté sospechando una de las infecciones que requiere este tratamiento. Así que por favor, no acudáis a la consulta pidiendo el antibiótico de tres días como si fuera la solución a todos los problemas del vuestros hijos. Ya os lo mandará el pediatra en el caso de que esté indicado.


Comentario elaborado por Alejandra García Ortiz

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