Las principales Guías de Práctica Clínica (GPC) en el tratamiento de la
hipertensión arterial no recomiendan a los betabloqueantes como de
primera intención en el tratamiento de la hipertensión arterial (HTA)
en general y sobre todo en el paciente con DM2, dado sus efectos
metabólicos adversos (ganancia ponderal...) y con la sintomatología de
la hipoglucemia.
Sin embargo, los betabloqueantes son útiles en general en el
tratamiento de la enfermedad coronaria (ECC), sobre todo tras el infarto
agudo de miocardio (IAM), aumentando la supervivencia, y de la
insuficiencia cardíaca (ICC) con disfunción sistólica ventricular
izquierda, ambas entidades frecuentes en la evolución del paciente con
DM2. Y es que los betabloqueantes reducen la frecuencia cardíaca, la
contractilidad y con ello reducen las necesidades de oxígeno del
miocardio en caso de isquemia, lo que es beneficioso.
Sin embargo, estos fármacos no han demostrado mejorar la
supervivencia de los pacientes en general con una ECC estable en
ausencia de IAM ni en ICC en ausencia de disfunción sistólica. La
eficacia de los mismos en pacientes con DM2 y ambas entidades es
desconocida, señalan.
Se entiende que los betabloqueantes aumentarían el riesgo de muerte
habida cuenta su interacción con las hipoglucemias del paciente con DM2.
El estudio que comentamos estudia la relación entre la utilización de
los betabloqueantes y la mortalidad por cualquier causa (MCC) en
población de EEUU con o sín DM.
https://redgedaps.blogspot.com.es/2018/05/los-betabloqueantes-pudieran-no-estar.html
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