martes, 22 de mayo de 2018

CADIME: Demencias: Antipsicóticos.

La Comisión Central para la Optimización y Armonización Farmacoterapéutica (CCOAFT) de Andalucía ha aprobado el “Protocolo de utilización terapéutica de antipsicóticos para el tratamiento de los síntomas comportamentales en las demencias”, cuyo objetivo es homogeneizar el uso de los antipsicóticos en estos pacientes en todos los centros sanitarios del SSPA. Cabe destacar los siguientes aspectos de dicho documento:
Los pacientes incluidos en este protocolo deben tener el diagnóstico de demencia (según criterios internacionales, CIE 10), tipo y gravedad de la alteración subyacente, de moderada a grave con presencia de alteraciones conductuales.
El tratamiento antipsicótico debe considerarse sólo, cuando: la sintomatología sea grave; hayan fracasado las medidas no farmacológicas y otros posibles tratamientos; la gravedad de alteraciones conductuales se manifieste con agitación o agresividad persistente o recurrentes o puedan causar daño al paciente o a terceros; y, generan angustia en el paciente o en sus cuidadores. 
El antipsicótico de primera elección por su eficacia/seguridad y menor coste es risperidona (único antipsicótico atípico autorizado por la AEMPS para la demencia tipo Alzheimer); y, como alternativas por existir evidencia de eficacia, olanzapina y, en menor grado, aripiprazol (respetando la normativa de medicamentos en situaciones especiales). Otras alternativas si las anteriores no funcionan, son:  quetiapina en demencia por cuerpos de Lewy y Parkinson, por tener menos efectos extrapiramidales; y, haloperidol, en casos agudas (corto plazo) y en el tratamiento urgente de la agitación.
Es preciso realizar monitorización de los pacientes: evaluando la eficacia del tratamiento (a las 2-4 semanas tras su inicio); y, la continuidad del tratamiento (al menos cada 3 meses).
Se considerarán criterios de retirada del tratamiento: ausencia de respuesta clínicamente significativa, tras 2-4 semanas; si tras el inicio hay un desequilibrio hacia los efectos secundarios; y, cuando la respuesta ha sido adecuada pero ya han pasado 4 meses del inicio del tratamiento a menos que aparezcan recurrencias de los síntomas al intentar disminuir la medicación.
El protocolo incluye dos algoritmos de interés: uso de antipsicóticos en el abordaje de las alteraciones conductuales en las demencias; y, tratamiento farmacológico urgente de la agitación en adultos.
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