El
tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica tiene como finalidad
reducir el riesgo de fracturas y la morbimortalidad asociada a
ellas. A quién, cómo y cuánto son tres preguntas necesarias en el
abordaje de esta enfermedad crónica. La identificación de las
pacientes de riesgo debe considerar no sólo la densidad mineral
ósea sino también otros factores de riesgo de fragilidad. Puesto
que la edad y las caídas son dos de los principales, el abordaje
terapéutico debe incluir medidas para reducir el riesgo de caídas
además de un tratamiento farmacológico. En cuanto a éste, los
bifosfonatos, alendronato y risedronato, son fármacos de primera
elección debido a la demostrada eficacia en prevención primaria y
secundaria de fracturas vertebrales y no vertebrales, así como en
prevención secundaria de fracturas de cadera. La seguridad conocida
a largo plazo de los bifosfonatos hace necesario reconsiderar su
balance beneficio-riesgo en tratamientos prolongados, de manera que
unas “vacaciones terapéuticas”en pacientes de riesgo
moderado-bajo son posibles sin aumentar la probabilidad de fractura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario