Comentamos hoy varias lecturas que abordan el uso de corticoides en pacientes con dolor de garganta.
En primer lugar quizás nos hayamos preguntado alguna vez si el uso de corticoides en el tratamiento de las faringitis agudas aportan algún beneficio. Veamos:
El primer artículo es una revisión Cochrane
de 2012 que incluye 8 ensayos clínicos en pacientes mayores de 3 años
con dolor de garganta. Todos los pacientes recibieron antibiótico y
fueron aleatorizados a recibir además placebo o corticoide (oral o
intramuscular). El grupo de pacientes que recibió corticoides tuvo una
probabilidad de recuperación mayor a las 24 horas (RR: 3.2, Intervalo de
confianza 95% 2.0 to 5.1, P < 0.001) y a las 48 horas (RR: 1,7) con
una aparición más precoz de la mejoría y sin diferencias en recaídas o
efectos secundarios. Los autores señalan como limitaciones que sólo dos
estudios incluían niños y que ningún estudio se había llevado a cabo en
Europa.
El segundo artículo es un ensayo clínico publicado en JAMA en abril 2017 y evalúa el efecto de una sola dosis de 10 mg dexametasona
oral sin antibiótico (versus placebo) en 565 adultos que acudían en
Inglaterra a su Médico de Familia con dolor de garganta. A las 24 horas
no había diferencias en la resolución de síntomas entre ambos grupos.
Pero a las 48 horas, en el grupo que había recibido dexametasona había
un mayor porcentaje de pacientes con resolución de síntomas (35.4%)
respecto al grupo placebo (27.1%) [Diferencia de riesgos 8,7 % (95% CI,
1.2-16.2%) y RR 1.31 (95% CI, 1.02 -1.68; P=0.03)]
Y finalmente un metaanálisis publicado en BMJ
en agosto 2017, que incluye los datos de los ensayos clínicos
publicados en los meses previos. Analiza la información de 10 ensayos
clínicos con 1426 pacientes adultos y niños mayores de 5 años. En el
grupo intervención se administra una única dosis baja de
corticoides adicional al tratamiento estándar (la intervención más común
fue dexametasona oral con una dosis de hasta 10
mg). El dolor desapareció una media de 11,1 horas antes en el grupo
intervención (IC 95% −0,4 a −21,8; baja calidad) y en un 18,3% más de
pacientes había desaparecido completamente el dolor a las 48 horas
(diferencia de riesgos; alta calidad). No hubo diferencias entre
pacientes atendidos en Servicios de Urgencias o Atención Primaria.
Tampoco hubo aumento en la aparición de efectos secundarios. No se ha
evaluado el efecto de dosis acumuladas de corticoides orales en
pacientes con episodios de dolor de garganta de repetición. Los autores
concluyen que hay pruebas (evidence) de calidad moderada-alta que sugieren que el uso de una dosis de corticoides orales reduce la intensidad y duración del dolor.
Parece por lo tanto que quizá cada vez hay más datos a favor de que
los corticoides podrían tener cierta eficacia en una resolución más
rápida del dolor de garganta. Una dosis de 10 mg de dexametasona (que
puede ser dificil de conseguir en España) es equivalente a 62,5 mg de
prednisona. Como siempre sería deseable más estudios que ayuden
a confirmar estos resultados, especialmente en población pediátrica.
Por otra parte, ¿conocéis algún proceso faríngeo agudo en que la respuesta a corticoides orales pueda considerarse un criterio diagnóstico?:
Se trata efectivamente del síndrome PFAPA (Periodic Fever, Adenopathy, Pharingitis and Afthae).
Es una enfermedad autoinflamatoria (se consideran un tipo de
inmunodeficiencias primarias) que cursa con inflamación aguda sin datos
de etiología infecciosa o autoanticuerpos. Aparece en torno a los 2-5 años y, como su acrónimo apunta, cursa con fiebre periódica cada 4-8 semanas, adenopatías, faringitis (incluso con exudado pultáceo) y aftas orales. Es muy característica la fiebre recurrente, sin predominio estacional y duración autolimitada de 3-6 días.
Los estudios de laboratorio muestran leucocitosis moderada y
elevación de reactantes durante el episodio que se normalizan
posteriormente. En general la procalcitonina no presenta alteraciones
relevantes. El frotis faríngeo es negativo. No se afecta la curva
pondero-estatural.
Los antitérmicos, AINEs y antibióticos resultan ineficaces. La
respuesta a una dosis de corticoide se utiliza como criterio
diagnóstico. Una dosis única de prednisona o prednisolona 1 mg/ kg
induce la resolución de la fiebre en 2-4 horas. Se ha descrito que el
uso de corticoides puede acortar el intervalo entre episodios de forma
transitoria.
Por tanto puede considerarse un posible diagnóstico diferencial en
Atención Primaria en episodios de faringoamigdalitis agudas de
repetición con cultivos persistentemente negativos. Las aftas orales son
un síntoma predominante en PFAPA pero no patognomónico: según algunas
series aparecen hasta en el 70% de los pacientes. Las infecciones
respiratorias en niños escolares suelen respetar vacaciones escolares y
los periodos entre episodios son de duración variable. En la neutropenia
cíclica, la fiebre no cede con corticoides.
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