FUENTE: http://gerentedemediado.blogspot.com.es/
Al llegar la primavera no solo florecen almendros y cerezos, sino también eventos varios dedicados a ese invento tan moderno llamado “cronicidad”. En ellos, desde hace ya años, se reitera el mantra del creciente número de pacientes crónicos ( como si la vida no fuera de por sí una enfermedad crónica de muy mal pronóstico), repitiendo hasta la saciedad del elevado gasto que suponen para los sistemas sanitarios de todo el mundo, y que se convertirá en insostenible en muy pocos años.
En todos ellos se insiste en la imperiosa urgencia de “repensar”
el sistema, puesto que el actual se considera incapaz de responder a los
retos existentes.
Las soluciones, como de costumbre , vienen del otro lado del Atlántico,
acompañados de una excelente estrategia comercial que va convenciendo a
sectores cada vez más grande de la profesión sanitaria de que nuestro
sistema
precisa abrirse a nuevas modalidades de organización, en forma de
radares, pirámides,
estratificación de riesgos o clasificación de personas como si fueran
objetos
inanimados. Ya sea siguiendo las brillantes experiencias de Kaiser
Permanente,
las enseñanzas del Chronic Care Model de Wagner o cualquier otro moderno
modelo
de Cronicidad, la solución definitiva al problema existe, o siempre que
el problema sea la hipertensión, la diabetes, la insuficiencia cardiaca,
la
hiperlipemia , o la conjunción de todas ellas. Porque si se trata de una
enfermedad llamada pobreza ,tan crónica como todas éstas, pero para la que aún no existe un
tratamiento farmacológico, el interés decrece sustancialmente.
De poco sirven pruebas y evidencias. La última es de solohace unos meses.
Un grupo de investigadores holandeses realizaron un análisis
coste-efectividad de la adaptación del Chronic Care Model ( el Geriatric
Care
Model) a 35 centros de atención primaria en Holanda. Una vez
identificado el
paciente anciano como frágil por parte de su médico de cabecera se le
incluía en el
programa, que consistía en una evaluación completa,programada y regular
en el
domicilio por parte de la enfermera, a la que seguía el establecimiento
de un
plan de atención personalizado, la gestión y entrenamiento de enfermería
clínica por parte de un equipo geriátrico experto,la coordinación de la
asistencia a través de reuniones de la red comunitaria, así como
establecimiento de un sistema de consultas para pacientes con
necesidades complejas a equipos multidisciplinares. Los
resultados se fueron midiendo cada 6 meses durante 2 años a través de diferentes escalas ( calidad de
vida relacionada con la salud, escalas de limitación funcional y años de vida
ajustado por calidad). No se encontraron diferencias significativas ni en
resultados ni en coste entre la aplicación del Chronic Care Model y el modelo
rutinario y tradicional de atención, por lo que los autores no recomiendan, basados
en su estudio de coste-efectividad, la diseminación e implantación del modelo.
El siempre recomendable FOCAP reflexionaba en su blog hace
unos días sobre la atención domiciliaria, la hospitalización domiciliaria y las
altas precoces en Cataluña,a propósito de una sesión técnica del Consorci de Salut i Social de Catalunya celebrada el
pasado 17 de marzo . En él se señala
el poder de las palabras para crear necesidades. Y en ese sentido, “sentimos constantemente,
en palabras de los diferentes promotores de innovaciones en la gestión de
pacientes con necesidades crónicas, que el escenario futuro de envejecimiento y
cronicidad obliga a repensar la atención a pacientes complejos”. Pero, esa
incitación a “repensar” siempre va en la misma dirección: nuevos servicios, con múltiples profesionales de especialidades de
postín y dirigidos desde los servicios hospitalarios. Pero, ¿ y si repensar fuera (como comentan en el post), optar por
aumentar de una vez los recursos en atención primaria para mejorar de verdad la
atención domiciliaria, la atención a pacientes con enfermedades crónicas, o mejor aún la
atención a personas?
La noticia de ayer fue la publicación en Lancet
del incremento de la sobrecarga de trabajo en la atención primaria
británica, especialmente entre los médicos, en cierta forma debido a la
reducción de inversión y recursos, pero también al crecimiento de las
demandas de la población en materia de salud. Los autores consideran que
se está alcanzando el "punto de saturación". Lo que allí es motivo de
escándalo, aquí lo llevamos considerando normal
desde hace años, entreteniéndonos mientras tanto en proponer modelos de
crónicos.
Hace ya unos años un grupo de prestigiosos investigadores
entre los que se encontraban Jan de Maeseneer, Rick Roberts, Iona Heath o
Michael Kidd publicaron también en The Lancet un relevante trabajo al respecto;concluían: "La
Alianza para las Enfermedades No transmisibles calcula que serían necesario un
compromiso anual de 9 billones de dólares por año para intervenciones
prioritarias en este sentido. Nuestro consejo sería añadir otros 9
billones para fortalecer los
servicios locales de Atención primaria en los mismos países.”
Menos modelos de crónicos y mucha más Atención Primaria.
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