martes, 7 de marzo de 2017

Prescriber Update. Ginecomastia inducida por medicamentos.

La ginecomastia es un agrandamiento de las glándulas mamarias clínicamente no problemático, aparte de factores psicológicos o de vergüenza social, que puede tener lugar en los hombres. No debe confundirse con situaciones de seudoginecomastia, presente en muchos hombres con sobrepeso u obesos, en la que el agrandamiento de los pechos se debe a una acumulación de grasa sin crecimiento glandular. También es importante poder descartar de inicio, aunque poco frecuente en hombres, la presencia de un carcinoma mamario.
Puede presentarse de forma unilateral o bilateral y de forma sintomática (sensibilidad, dolor, secreciones) o asintomática. No se trata de una enfermedad en sí, sino del síntoma de un trastorno, resultado de un desequilibrio hormonal entre estrógenos y andrógenos. Las posibles causas de estos cambios endocrinos pueden ser variadas.
En recién nacidos (alrededor de la mitad de los bebés), puede existir desarrollo de los senos, llamadas botones senorios, por exposición al estrógeno materno. Normalmente desaparecen en un período de dos a seis meses, pero pueden durar más tiempo. En preadolescentes y adolescentes, puede ocurrir también por los cambios hormonales normales que suceden en la pubertad, desapareciendo por lo general en el plazo de seis meses a dos años. En los hombres adultos, las variaciones hormonales provocadas por el envejecimiento también pueden provocar crecimiento de los senos, especialmente cuando existe sobrepeso y a partir de los 50 años. Fuera de estos casos puede existir ginecomastia mantenida por persistencia de ginecomastia puberal (25% de los casos), cirrosis o deficiencias en la dieta (8%), hipogonadismo (primario 8%; secundario 2%), tumores testiculares (3%), hipertiroidismo (1,5%), insuficiencia renal crónica (1%) o por causa idiopática (25%).
Se estima que entre el 10 y el 25% de las ginecomastias son causadas por medicamentos, como algunos antiandrógenos (acetato de ciproterona, bicalutamida, finasterida, dutasterida, espironolactona), antiulcerosos (ranitidina, omeprazol), agentes quimioterapéuticos (metotrexato, imatinib), protectores cardiovasculares (captopril, diltiazem, nifedipina, metildopa, reserpina), sustancias psicoactivas (haloperidol, fenotiazinas –promazina-, antidepresivos tricíclicos –amitriptilina-, antipsicóticos atípicos –risperidona- ), hormonas andrógenas (testosterona, esteroides anabólicos, coriogonadotropina humana, estrógenos de crecimiento), y otros como terapias antirretrovirales (zidovidune), y antieméticos (domperidona, metoclopramida).
El vínculo entre muchos de estos medicamentos y la ginecomastia se basa en informes de casos y no puede descartarse la conclusión por casualidad, pero un mejor nivel de evidencia si existe para espironolactona, la hormona del crecimiento humano recombinante, el estrógeno, la gonadotropina coriónica humana (hCG), agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina antiandrógenos (GnRH ) y los inhibidores de 5α-reductasa.
Si se sospecha de una ginecomastia de origen medicamentoso, el fármaco debe interrumpirse si es posible o descontinuarse, y esperar una mejora de la ginecomastia en el plazo de un mes. Un cambio a un medicamento de la misma clase de sustancias con un menor riesgo de desarrollo de ginecomastia puede ayudar a prevenir la recurrencia.


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