miércoles, 8 de marzo de 2017

JAMA. Asociación entre uso de medicación antitrombótica y riesgo hematoma subdural.

Un estudio sobre la población relaciona el consumo de medicamentos antitrombóticos con mayor riesgo de hematoma subdural, con probabilidades más altas con el uso combinado de un antagonista de la vitamina K y un fármaco antiplaquetario.
Un hematoma subdural ocurre cuando, a causa del rompimiento de pequeñas venas superficiales, se forma una acumulación de sangre entre la más externa de las membranas meninges, la duramadre, y la meninge intermedia o aracnoide. La sangrado filtrado llena la zona cerebral rápidamente, formándose una bolsa de mayor o menor tamaño que ejerce presión sobre el tejido cerebral causando síntomas variables en función de la zona afectada, en muchas ocasiones similares a los presentes en caso de accidente cerebro-vascular. Un hematoma subdural puede ser muy grave y puede llegar a causar la muerte o una discapacidad permanente si no se detecta o no se trata de forma temprana. Los principales factores de riesgo implican, consumo prolongado de alcohol, edad avanzada, caídas repetidas y, aunque no se conoce hasta qué punto, el uso a largo plazo de medicación antitrombótica. Lo que sí se sabe es que la incidencia de hematoma subdural presenta, en los últimos años, una tendencia al aumento.
Un estudio retrospectivo de casos y controles trató de estimar la asociación entre el uso de fármacos antitrombóticos y el riesgo de hematoma subdural, y determinar las tendencias en la incidencia de hematoma subdural y del consumo de medicación antitrombótica en la población general. Los investigadores analizaron los casos de 10.010 pacientes con edades comprendidas entre los 20 y los 89 años, con un primer diagnóstico de hematoma subdural durante el periodo 2000-2015 emparejados por edad y sexo con 400.380 individuos de la población general que actuaron como controles. Se tuvieron en cuenta las exposiciones a dosis bajas de aspirina, a clopidogrel, a un antagonista de la vitamina K (AVK), a un anticoagulante oral de acción directa y a tratamientos antitrombóticos combinados.
Entre los pacientes que experimentaron hematoma subdural, el 47 por ciento estaban tomando medicamentos antitrombóticos. Los investigadores encontraron que dosis bajas de aspirina se asociaron con un riesgo bajo, el uso de clopidogrel y de un anticoagulante oral de acción directa con un riesgo moderado, y el uso de un antagonista de la vitamina K (AVK) con un mayor riesgo de hematoma subdural. El uso simultáneo de más de un fármaco antitrombótico se relacionó con un riesgo sustancialmente mayor que fue particularmente marcado para el tratamiento combinado de un AVK con un fármaco antiplaquetario, por ejemplo, dosis bajas de aspirina o clopidogrel.
Por otro lado, la prevalencia del consumo de medicación antitrombótica en la población general, al igual que la tasa de incidencia global hematoma subdural, aumentó entre 2000 y 2015. El consumo de este tipo de medicamentos pasó de 31,0 por cada 1000 individuos a 76,9 por cada 1.000 individuos, y la incidencia de hematoma subdural aumentó de 10,9 por 100.000 personas/año a 19,0 por 100.000 personas/año en 2015. El mayor incremento en la incidencia de hematoma subdural se encontró entre los pacientes mayores de 75 años, que experimentó un incremento de 55,1 por 100.000 personas/año a 99,7 por cada 100.000 personas/año.
FUENTE: http://www.dicaf.es

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