Los cardiólogos a favor de Farmaindustria. ¿Quién patrocina sus congresos y actividades? ¿Quién manda y qué ordena?
Fuente: https://www.diariofarma.com
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La ‘Guía Farmacoterapéutica de referencia para la prescripción en receta' del Servicio Andaluz de Salud (SAS),
realizada en colaboración con la Asociación Andaluza de Farmacéuticos
de Atención Primaria (AAFAP), no está dejando indiferente a nadie (ver toda la información relacionada). La primera queja que los distintos colectivos implicados realizan es que “no han participado en su elaboración, ni la conocían”.
Así lo ha señalado a Diariofarma el presidente de la Sociedad Andaluza
de Cardiología (SAC), Juan José Gómez, que más allá de eso, considera
que lo recogido en algunas de las recomendaciones “está atrasado” para
ser una guía de 2016 y se encuentra “alejado de lo establecido en guías nacionales e internacionales”.
Gómez se refiere a los hipolipemiantes y los antidiabéticos orales, especialmente. En relación a los primeros, considera “llamativo” que la guía hable siempre de “dosis moderadas
y que no se hable de uso en alta intensidad que es lo que nos
recomiendan las guías de forma general”. Además, otro aspecto relevante
que quiere destacar es que no se ponga el uso de atorvastatina al mismo nivel que la simvastatina, especialmente cuando los indicadores de calidad de la prescripción del propio SAS así lo establecen.
Con el presidente de esta sociedad ha coincidido la catedrática de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, María Teresa Tejerina, que considera un “absurdo” hablar de dosis máximas de simvastatina los 80mg. Además,
de forma general, esta farmacóloga considera que la bibliografía
manejada para justificar la guía “es local, casi toda y antiquísima”.
En relación a los antidiabéticos, Gómez cuestiona que se ponga al mismo nivel a la metformina y las sulfonilureas. Según él “la metformina tiene que ser la primera elección, pero en ningún en ninguna otra guía se pone a las sulfonilureas por delante del resto de fármacos antidiabéticos como los DPP-4 o los SGLT-2, que deberían estar al mismo nivel”.
Igualmente, Tejerina señala que “no es
asumible” poner al mismo nivel a las sulfonilureas que a la metformina
y, por delante de otros muchos fármacos. “las sulfonilureas están muy superadas”, explica al tiempo que recuerda que están relacionadas con aumento de peso, reducción de calidad de vida y aumento de la mortalidad. Esta experta también critica otros aspectos de los tratamientos antihipertensivos,
en especial a la posición de los Antagonistas de la Angiotensina II,
que se establece como tratamiento alternativo a los inhibidores de la
ECA.
Positivo si participan los médicos y es orientativa
A pesar de estas cuestiones, entre otras,
el presidente de la SAC no tiene previsto realizar ninguna indicación a
los autores o al propio SAS. No obstante, sí que les gustaría que se contara con ellos siempre que se haga cualquier actividad que afecte a los fármacos del ámbito de la cardiología.
Además, de forma general, Gómez considera positivo “intentar homogeneizar la práctica clínica, pero se debe hacer con el consenso de los médicos
que la van a aplicar, los médicos de atención primaria en este caso y,
por otro, los especialistas para que no haya discordancia entre las
prescripciones de uno y otro”. Por ese motivo muestra su convencimiento
de que deberían haber participado en la misma.
Igualmente ve positivo que la guía sea de carácter voluntario y orientativo.
“. Si sigue habiendo libertad de prescripción, nos parece bien que la
administración intente convencer a los profesionales del uso de los
medicamentos más eficientes”. Eso sí, recuerda la preocupación que
tuvieron cuando vieron que en el anteproyecto de Ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público Andaluz parecía que esta guía iba a ser obligatoria, pero posteriormente lo cambiaron.
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