viernes, 24 de febrero de 2017

(3Clics) ¿“Test and treat” en la pre-diabetes? de momento no parece razonable dada la baja evidencia existente.


Según esta revisión sistemática, las pruebas que utilizamos para el cribado de la pre-diabetes (glucosa plasmática en ayunas y hemoglobina glicosilada) tienen una precisión baja. En estos pacientes, las intervenciones sobre el estilo de vida y el tratamiento con metformina pueden tener cierta efectividad, especialmente si son prolongadas (de 3 a 6 años), pero la calidad de las evidencias es baja. De momento, no es razonable implantar estrategias poblacionales de cribado y tratamiento de la pre-diabetes.

Las personas con pre-diabetes y con diabetes gestacional presentan un riesgo aumentado de desarrollar diabetes. Sin embargo, no existe un consenso internacional sobre los criterios diagnósticos de prediabetes. Según la OMS, se define por unos niveles de glucosa plasmática en ayunas (GPD) de 110-125mg / dL y una hemoglobina glicosilada (HbA1c) de 6-6.4% y según la American Diabetes Association (ADA), los puntos de corte son más amplios, con una GDP de 100-125mg / dL y una HbA1c 5.6-6.9%. La evidencia que tenemos sobre las estrategias de cribado y programas de intervención en esta población es escasa.

Se realizó una revisión sistemática con metanálisis para evaluar la precisión de las pruebas de cribado para detectar personas con riesgo elevado de presentar diabetes tipo 2 y determinar la eficacia de las intervenciones (sobre el estilo de vida -EV- y / o con metformina) sobre esta población de riesgo.

Se identificaron 49 estudios sobre tests de cribado. La HbA1c presentó una sensibilidad del 12:49 (IC 95%, 0.40-0.84) y una especificidad de 0.79 (0.73-0.84) tomando como referencia el test de tolerancia oral a la glucosa (TTOG). Esto conlleva un elevado número de falsos negativos (pacientes con pre-diabetes no identificados mediante la HbA1c). La GPD mostró una sensibilidad muy baja (0.25; doce y diecinueve-doce y treinta y dos minutos), pero una especificidad muy alta (0.94; 0.92-0.96) para identificar la presencia de intolerancia a la glucosa. La precisión de estos pruebas fue independiente de los criterios diagnósticos empleados (OMS o ADA). En cambio, en los ensayos que compararon los 3 tests (GDP, HbA1c y TTOG), la prevalencia de pre-diabetes -diagnosticada por la alteración de al menos un test- fue muy superior al aplicar los criterios de la ADA (49% de los pacientes) que en comparación a los de la OMS (27%).

De los 50 ensayos clínicos sobre intervenciones realizadas en población de riesgo (TTOG alterado o diabetes gestacional), sólo 25 tenían la información necesaria para ser incluidos en el metanálisis. Las intervenciones sobre el EV redujeron el riesgo relativo de desarrollar diabetes en un 31% (IC 95%, 15-44%) si estas duraban entre 6 meses y 2 años y en un 37% (28% -46%) si duraban de 3 a 6 años. El tratamiento con metformina disminuyó el riesgo relativo de progresión a diabetes en un 26% mientras los participantes tomaban el tratamiento pero no se encontraron estudios de seguimiento para determinar el impacto de estos beneficios una vez se dejaba de tomar la medicación. La calidad de las evidencias fue moderada en el caso de la metformina, baja en el caso de las intervenciones sobre el estilo de vida y muy baja en cuanto a la efectividad a largo plazo de las intervenciones sobre el EV.

De los 9 estudios que evaluaron las intervenciones sobre el EV (dieta, ejercicio y aumento de la lactancia) en la diabetes gestacional ninguno de ellos mostró un efecto beneficioso en cuanto a la aparición de diabetes. En estos estudios las tasas de abandono fueron altas.

Estos resultados indican que la precisión de las pruebas que utilizamos para el cribado de la pre-diabetes es limitada y que su identificación variará mucho, no sólo en función de la prueba que utilizamos, sino de los criterios que aplicamos para el diagnóstico. Esto puede conducir a un falso diagnóstico, asociado a sobretratamiento, o bien a resultados negativos, falsamente tranquilizantes. Las intervenciones sobre la población en riesgo de desarrollar diabetes pueden tener efectos beneficiosos, especialmente si son prolongadas, pero su impacto es difícil de saber, ya que las evidencias son de baja calidad, y su aplicación en la población general es compleja. De momento no es sensato aplicar estrategias de cribado y tratamiento de la pre-diabetes de forma generalizada. En estos pacientes debemos recomendar EV saludables, intentar que estos se mantengan en el tiempo y considerar el abordaje de otros factores de riesgo cardiovascular.

Barry E, Roberts S, Oke J, Vijayaraghavan S, Normansell R, Greenhalgh T. Efficacy and effectiveness of screen and treat policies in prevention of type 2 diabetes: systematic review and meta-analysis of screening tests and interventions. BMJ (Clinical research ed.). 2017 Jan 4; 356 :i6538. link

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