Alguna vez hemos comentado
que la industria farmacéutica está siendo víctima de su propia
estrategia suicida. Es verdad que durante tres décadas, el modelo ha
funcionado: cualquier novedad farmacológica se convertía en un
superventas. Hoy, ya no es tan fácil, sencillamente porque los
profesionales está avisados: no se fían; conocen las estrategias.
1) Fase pre-comercialización con generación de grandes expectativas.
http://secardiologia.es/comunicacion/notas-de-prensa/notas-de-prensa-sec/7595-nuevo-rumbo-en-manejo-del-paciente-con-insuficiencia-cardiaca
(2) Expertos a sueldo
vendiendo el nuevo producto; (3) agencias reguladoras permisivas y (4)
sociedades científicas que diseñan GPC ad hoc. El resto, comidas, becas
de viaje a congresos y cursos patrocinados para engrasar el sistema.
Pero algo está pasando. El
modelo flaquea. Ocurrió con el Tamiflu; ahora sucede con la vacuna del
papiloma o los nuevos anticoagulantes; y puede pasar con el destinado a
ser nuevo blockbuster para la insuficiencia cardiaca, el sacubitril.
Ya no es tan fácil “vender
motos”. Nunca volverá a serlo. No es normal que el Nexium, el Crestor o
la Lyrica hayan sido blockbuster. Las propiedades intrínsecas del
fármaco no los han hecho superventas; ha sido la estrategia comercial de
los laboratorios. Pero el modelo está tocado. Ni profesionales ni
ciudadanos van a “picar” siempre.
Sebastián Vignoli, médico de
familia y experto en lectura crítica y metodología, nos disecciona en
ensayo pivotal del sacubitril. En la actualidad, más sombras que luces.
Por más que el consenso del complejo médico-industrial pretenda
trasmitir una idea de innovación disruptiva, hay más dudas que certezas
sobre el papel en la clínica.
Never more blockbusters
SACUBITRIL: ¿UN NUEVO PARADIGMA EN EL TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA CARDIACA? TODAVÍA NO, GRACIAS.
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