lcanzar un
diagnóstico en el caso de síncopes no explicados y palpitaciones no
documentadas continua siendo un reto en cardiología. El Holter de 24-48
horas también sigue siendo, por desgracia con demasiada frecuencia, la
primera prueba empleada a pesar de un rendimiento tan bajo como 1-10% en
diferentes series.
Dado que tanto el
síncope como las palpitaciones tienden a agruparse en el tiempo, con una
mayor tasa de recurrencia en el periodo posterior a un episodio, los
autores razonan que sería lógico evaluar el rendimiento diagnóstico del
empleo precoz de monitorización ECG a largo plazo mediante un grabador
externo de asa cerrada de 4 semanas de duración.
Para ello, en este
estudio multicéntrico, observacional y prospectivo, con significativa
participación española, no tanto en la autoría como en el número de
centros participantes, emplean un grabador de asa externo de alta
capacidad (SpiderFlash-T de Sorin) durante 4 semanas, almacenando
episodios tanto de forma automática como activados por el paciente,
conjuntamente con una activación automática a intervalos predefinidos
(por tanto, 3 disparadores de grabación). Consideran que un hallazgo es
“concluyente” cuando el síncope o las palpitaciones recurren y se
dispone de un ECG en el momento de los síntomas, independientemente de
la presencia o no de arritmias. Hablan de “hallazgos significativos”
cuando la función de grabación automática, en ausencia de síntomas,
registra alguno de: 1) BAV avanzado, bradicardia sinusal (<30 lpm),
pausas >6 segs, 2) TSV rápida, FA o flutter (frecuencia >180 lpm,
duración >3 min) y 3) TVNS (>10 segs) o TVS (>30 segs)
Incluyen
un total de 395 pacientes, 28,1% con síncope y 71,9% con palpitaciones,
de 10 centros europeos. Con una duración promedio de la monitorización
de 23 ±
8,1 días, el rendimiento diagnóstico para el síncope fue de 24,5%,
encontrando como predictores de eventos el inicio precoz de la
monitorización (0-15 días vs >15 días tras el evento índice; OR: 6,2)
y la historia previa de arritmias supraventriculares (OR: 3,6). En el
caso de palpitaciones, el rendimiento fue tan alto como un 71,6%, siendo
los predictores la historia de palpitaciones recurrentes (p<0,001) y
el inicio precoz de la monitorización (p=0,001).
Analizando
la evolución temporal, en el caso de síncope el rendimiento actuarial
calculado mediante la acumulación de eventos diagnósticos por
Kaplan-Meier fue de 13,2% a la semana, 19,1% a las 2 semanas y 29,4% a
las 4 semanas. Para las palpitaciones fue de 42,4% a la semana, 57,2% a
las 2 semanas y 77% a las 4 semanas. Es importante reseñar que el
hallazgo más frecuente, en las dos terceras partes de los casos, fue el
ritmo sinusal o la taquicardia sinusal, seguido de lejos por episodios
cortos de TPSV. En el caso del síncope el hallazgo más frecuente fueron
las arritmias significativas asintomáticas.
Los
autores concluyen que el empleo precoz del grabador externo, la
historia previa de arritmias supraventriculares y la presencia de
episodios previos frecuentes aumentaron la probabilidad de llegar a un
diagnóstico durante la monitorización externa de 4 semanas. En el caso
del síncope inexplicado, la monitorización ECG externa prolongada
permitió llegar al diagnóstico en una tercera parte de los casos,
especialmente cuando ésta se inició en los primeros 15 días tras el
evento índice. Con estos datos, abogan por emplear la monitorización
externa prolongada como herramienta de primera elección, inclusive
primer paso, en el flujo de trabajo del síncope inexplicado y las
palpitaciones no documentadas, reservando el holter implantable para los
casos que sigan sin diagnóstico tras el periodo de monitorización de 4
semanas y evitando la repetición ineficaz de monitorización Holter de
24h.
External prolonged electrocardiogram monitoring in unexplained syncope and palpitations: results of the SYNARR-Flash study
E.T. Locati et al. Europace (2016) 18, 1265–1272
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