Las precauciones universales aplicables a todos los pacientes atendidos
en los hospitales son ampliamente recomendadas y utilizadas en todos
ellos (uso de guantes, lavado de manos,…). Su necesidad se puso de
manifiesto en los años 80 del siglo pasado con el fin de generalizar a
todos los pacientes un mínimo de cuidados seguros en relación con la
transmisión de infecciones comunitarias y hospitalarias, partiendo de la
premisa de que todos los pacientes deberían ser considerados como
potenciales portadores de infecciones transmisibles por vía hemática.
Además de las infecciones, tal como se demuestra en todos los estudios
epidemiológicos sobre eventos adversos que se realizan en cualquier
ámbito asistencial, los errores de medicación son un problema común y en
parte evitable con medidas sencillas y sostenibles. A tal fin, R. Shane
propone en un artículo publicado en British Medical Journal of Quality and Safety in Health Care generalizar en todos los casos de pacientes que ingresan en los hospitales las siguientes precauciones adicionales:
En cada episodio asistencial, los listados de medicamentos que refieren
utilizar los pacientes deberían ser considerados erróneos hasta que se
haya verificado su exactitud.
Cada medicamento incluido en un listado debe ser verificado con el
paciente y, cuando sea posible, con fuentes de referencia adicionales
incluyendo el médico que lo haya prescrito, revisando: fármaco, dosis,
forma farmacéutica, vía, frecuencia y duración.
Los medicamentos de alto riesgo y aquellos con un margen terapéutico
estrecho, no se deben continuar hasta que se haya verificado la
prescripción y su necesidad.
En el momento de la admisión, no debe continuarse sistemáticamente la
medicación que refiere utilizar un paciente, a menos que sea necesario
para tratar las condiciones subyacentes del paciente.
En el momento del alta, la lista de medicamentos que el paciente va a
seguir debe ser verificada para asegurar que los cambios en su
medicación, incluyendo aquellos prescritos durante la hospitalización
son necesarios y están documentados.
La aplicación de las precauciones universales en relación con la
prevención de infecciones han contribuido a reducir el riego de
contagio. No sólo en el ámbito hospitalario sino además en el ámbito
comunitario.
El artículo de Shane debería hacernos reflexionar sobre la conveniencia
de estandarizar una serie de actuaciones sensatas y factibles en todas
las transiciones asistenciales y de manera sistemática a lo largo de los
procesos de atención. De cara a la gestión del riesgo asociado al uso
de medicamentos, aunque provocador, el planteamiento de “mientras no se
demuestre lo contrario, cualquier medicamento es innecesario” parece más
que pertinente.
+ info: Shane R. Why ‘Universal Precautions’ are needed for medication lists. BMJ Qual Saf 2016;25:731–732
Publicado por Carlos Aibar Remón
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