30/05/2016
Fuente: Universidad Miguel Hernández de Elche / Diario Médico
La Unidad de Conductas Adictivas e Intervención Breve (UCAB) del Centro de Psicología Aplicada de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha validado, por primera vez en España, una escala para la evaluación del síndrome de abstinencia. Se trata de una adaptación del “Adjective Rating Scale for Withdrawal” (ARSW) aplicado en EE.UU, y se basa en categorizar un conjunto de síntomas que aparecen cuando se suspenden fármacos opioides (como morfina, fentanilo, tramadol o codeína), especialmente cuando hay dependencia al fármaco como puede ocurrir en tratamientos a largo plazo de dolor crónico medio-alto.

La evaluación consta de un cuestionario que recoge 16 síntomas de abstinencia -rinorrea, debilidad en las rodillas, calambres, tristeza o ansiedad, dolor en las articulaciones, bostezos, sofocos o escalofríos, náuseas, irritabilidad, falta de apetito, estornudos frecuentes, tensión o nerviosismo, ojos llorosos, calambres abdominales y sueños irregulares- en los que el paciente valora de 0 (nada) a 9 (grave) cada uno de ellos. Se obtiene una escala de puntuaciones acumuladas con un rango de 0 a 144, en la que una mayor puntuación implica mayor gravedad del síndrome de abstinencia. Según los autores, teniendo en cuenta las medias y desviaciones típicas de los estudios originales, podría considerarse gravedad media a partir de 30. De esta forma, a través del control de los síntomas del síndrome de abstinencia, se puede conocer el grado de dependencia.

Para su validación en español, se aplicó la escala a 200 pacientes mayores de edad consumidores de opioides durante al menos 6 meses para dolores crónicos no oncológicos, que supiesen leer y escribir y que no presentasen patologías psiquiátricas o neurológicas. Las evaluaciones fueron realizadas por psicólogos de la Unidad expertos en adicciones. Según los investigadores, los análisis llevados a cabo muestran buenas propiedades psicométricas -se encontró una alta consistencia interna de los ítems, estable tanto en hombres como en mujeres- y una buena validez interna ajustándose el instrumento a una estructura unidimensional, al medir como único factor el síndrome de abstinencia. A su vez, la escala se correlaciona significativamente con otras medidas de abstinencia, como el criterio del DSM y con otras variables relacionadas con la dependencia y el craving.

La valoración con este instrumento, tanto antes como durante el tratamiento con estos fármacos, permite  planificar una intervención multidisciplinar preventiva de la dependencia donde, junto al tratamiento farmacológico, se utilicen diferentes técnicas psicológicas para manejar los síntomas ansioso-depresivos o para aprender a identificar los síntomas  relacionados con el abuso del fármaco. De este modo, se minimizaría el riesgo de desarrollo de adicción a estos fármacos en pacientes que puedan estar polimedicados –incluso con ansiolíticos- y que puedan presentar depresión y mayor presencia de problemas físicos.