- La demanda de anticoncepción requiere dar información precisa,
objetiva y actualizada de todos los métodos anticonceptivos para
facilitar la libre elección de la mujer.
- La eficacia de un método anticonceptivo depende no solo de la eficacia
del método en sí mismo sino también de su uso sistemático y correcto.
- Para la prescripción de anticonceptivos hormonales (AH) es necesario:
hacer una anamnesis detallada y una exploración básica que incluya la
toma de la presión arterial y el cálculo del índice de masa corporal.
Con estos datos valorar los criterios de selección de la OMS.
- En mujeres con factores de riesgo cardiovascular los AH combinados
(AHC) están contraindicados, siendo los AH con progestágenos solos (AHP)
los de elección.
- Los AHC de elección son los que contienen la dosis más baja eficaz de
estrógeno (dosis ≤35 mcg de etinilestradiol) y un progestágeno de 2ª
generación (levonorgestrel).
- Los AHP se solían utilizar como alternativa a los AHC cuando los
estrógenos estaban contraindicados y durante la lactancia, pero
actualmente se seleccionan a igual nivel que los AHC cuando se adaptan
mejor a las necesidades de la mujer y cuando se desean efectos
beneficios adicionales o un método anticonceptivo reversible pero de
larga duración.
- El principal problema de los AHP es la alteración del patrón de
sangrado menstrual, que constituye la causa más habitual de abandono del
método.
- La anticoncepción de urgencia está indicada para evitar el embarazo
tras un coito no protegido. La alternativa más utilizada en nuestro
medio es la vía oral, con dos preparados: levonorgestrel, 1500 mcg
(hasta 72 horas); o acetato de ulipristal, 30 mg (hasta 120 horas).
También se puede insertar un DIU de cobre (hasta 120 horas).
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