martes, 22 de septiembre de 2015

EL RINCÓN DEL LINIMENTO. Salbutamol en asma. ¿Cuánto es demasiado?.

El Salbutamol es un agonista β2 adrenérgico de acción corta (Short-Acting Beta Agonist –SABA-). Este fármaco es empleado por los pacientes asmáticos a demanda (como medicación de rescate) para tratar o prevenir la broncoconstricción de forma rápida. (También se emplea la Terbutalina, otro SABA sin diferencia entre ellos).
Actúa relajando el músculo liso bronquial (la musculatura que rodea las paredes de los bronquios y bronquiolos),  lo que produce broncodilatación, facilitando el flujo de aire. Como consecuencia disminuye la sensación de opresión en el pecho, la dificultad de respirar y la tos.
 
Una respuesta corta a la pregunta. ¿Cuánto Salbutamol es demasiado? puede ser: cuanto menos medicación de rescate requiera el paciente, mejor será el control del asma.
 
El uso de un SABA a demanda más de 2 veces a la semana para tratar los síntomas (sin contar cuando se utilice de forma preventiva antes del ejercicio), indica un control del asma inadecuado y requiere instaurar la terapia de mantenimiento.
Al punto que: Un asma bien controlado se asocia con poca o ninguna necesidad de broncodilatador de acción corta (SABA o inhaladores de rescate), por lo que la necesidad excesiva de inhaladores de SABA es una señal de que el asma está mal controlado.
La utilización de la medicación de rescate puede ser una oportunidad única para el farmacéutico comunitario, pues al fin y al cabo la farmacia suele ser el establecimiento sanitario más visitado por el paciente. el farmacéutico comunitario puede apoyar a los pacientes asmáticos detectando aquellos pacientes que están utilizando demasiados inhaladores de rescate y por tanto no están óptimamente controlados.
De tal suerte si:
1.- El paciente refiere utilización de más de 3-4 veces al día (si está en tratamiento con corticoides inhalados) o más de 2 veces a la semana (si no tiene pautado tratamiento de mantenimiento).
2.- El paciente consume más de 1 inhalador al mes o más de 1 inhalador cada 2 meses cuando se usa añadido a un agente de larga duración.
El farmacéutico puede y debe:
a).- Comprobar el correcto cumplimiento de la pauta y la técnica adecuada.
b).- Explicar al paciente cómo y cuándo usar la medicación de rescate
c).- Derivar al médico para valorar ajuste y/o revisión de medicación, describiendo la situación encontrada.
La mejor manera de identificar a estos pacientes es hablar con ellos cuando recogen su inhalador (no debe soslayarse que los pacientes pueden querer guardar varios inhaladores de rescate uno para el trabajo o la escuela, otro para su casa… o que practiquen deporte y lo usen de forma preventiva, etc.). Esta conversación le llevará a debatir con el paciente sobre cómo gestiona su asma (siendo una puerta de entrada a otros servicios profesionales diferentes a la dispensación). Incluso puede realizar una prueba de control de asma.
 
El Test de Control del Asma (ACT) tiene una validación detallada para su uso en la clínica diaria con puntos de corte definidos, de forma que una puntuación igual o superior a 20 es muy consistente con asma bien controlada, puntuaciones entre 19 y 16 con asma parcialmente o no bien controlada, y puntuaciones iguales o inferiores a 15 con asma mal controla.
El diagnóstico y la evaluación del asma son actos médicos. Pero que el farmacéutico aporte el resultado de una prueba de control de asma y observaciones sobre el uso de la medicación de rescate ayudará (al médico) a tomar mejores decisiones.
Resumiendo:
1.- La frecuencia de dispensación del inhalador de rescate es un dato importante como señal de descontrol del asma.
2.- Un farmacéutico comunitario diligente puede detectar el uso excesivo de salbutamol y ello puede tener un impacto positivo.
3.- Trabajar en colaboración con los pacientes y los compañeros profesionales de la salud es la clave

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