miércoles, 2 de septiembre de 2015

Atención Primaria. Abordaje integrativo del insomnio en atención primaria

http://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-abordaje-integrativo-del-insomnio-atencion-90431673 
Aten Primaria. 2015;47(6):351-358
El abordaje integrativo del insomnio con la aplicación de medidas aplicadas sobre la higiene del sueño, técnicas conductuales y el uso de plantas medicinales puede ser resolutivo. Un estudio destaca que la aplicación de este enfoque, en comparación con los tratamientos convencionales, resulta efectivo y permite además disminuir las visitas médicas y los efectos secundarios y la dependencia a las benzodiacepinas.
El insomnio se define como la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o no poder disfrutar de un sueño reparador por espacio mínimo de cuatro semanas consecutivas, derivándose de esta situación malestar clínicamente significativo o interferencia en la vida personal social o laboral de la persona afectada sin que esto sea atribuible a la presencia de otras afectaciones. En nuestro país, aun que la prevalencia estimas se considera elevada (datos recogidos en un estudio apuntan a que el 20,8% de la población general presenta al menos un síntoma de insomnio durante 3 o más noches por semana), son pocos los pacientes que reciben un diagnóstico específico. La principal opción de tratamiento consiste en la receta de benzodiacepinas, aunque como norma su utilización debería ser de corta duración y estricta supervisión, para tratar de evitar efectos secundarios y situaciones de dependencia.
Algunos médicos opinan, pero, que en el abordaje del insomnio este tipo de medicamentos debería presentar un protagonismo limitado y ser utilizado de forma coadyuvante a otras opciones como la aplicación de medidas higiénicas del sueño y de terapias conductuales (control de estímulos, relajación muscular progresiva, técnicas de respiración consciente y restricción del tiempo en la cama), sin descartar ni despreciar el uso de la fitoterapia, que en ensayos clínicos aleatorizados (nivel de evidencia Ib) ha demostrado cierto nivel de eficacia. Aplicando este enfoque, además de la mejoría del paciente, se podrían conseguir otras ventajas como la reducción de costes sanitarios y la racionalización en el uso minimizando la ocurrencia de los efectos adversos asociados.
Desde esta perspectiva, un estudio con diseño cuasi-experimental sin asignación aleatorizada, trató de evaluar los resultados de una intervención integrativa en el manejo problemas de insomnio en comparación con el tratamiento habitual. La investigación tuvo en cuenta pacientes de 18-75 con diagnóstico durante el período enero 2008 a marzo 2010, incluyendo también aquellas personas sujetos con diagnóstico de otros trastornos de ansiedad, distimia o estrés, que en su seguimiento clínico presentaran la presencia de insomnio como síntoma destacable. No se consideraron los pacientes con trastornos psiquiátricos graves (psicosis, esquizofrenia, trastornos de personalidad, trastorno bipolar o depresión mayor) ni aquellos en los que el insomnio se presentara en forma secundaria a otras patologías orgánicas graves (neurológicas o degenerativas) o relacionado con trastornos de adicción o abuso de sustancias. Como grupo control (n=47) se tomaron los pacientes asignados a 3 médicos de atención primaria que aplicaron el tratamiento convencional para el insomnio, con medidas básicas de higiene del sueño y uso de benzodiacepinas o hipnóticos. El grupo de intervención (n=48) fueron los pacientes de un solo médico del mismo centro, para los que el tratamiento estuvo constituido por un abordaje integrativo, con medidas aplicadas sobre la higiene del sueño, técnicas conductuales (de respiración consciente y relajación) y el uso de fitoterapia (principalmente valeriana en dosis entre 270 a 450 mg en extracto acuoso o 2-3 g de extracto seco), complementando el tratamiento en los casos que se consideró necesario con fármacos benzodiacepínicos. De forma retrospectiva se revisaron las historias de los pacientes participantes registrándose en cada caso la existencia de tratamiento con benzodiacepinas o hipnóticos, tratamiento o no con fitoterapia, número de visitas por cualquier motivo realizadas en el centro durante el año anterior al diagnóstico, media de visitas mensuales por cualquier motivo realizadas posteriormente al diagnóstico inicial. A los 18-24 meses de la primera recogida de datos se realizó una encuesta telefónica a los pacientes del estudio para comparar la calidad del sueño a largo plazo.
En el análisis de resultados los autores destacan entre las observaciones principales que mientras que la media mensual de visitas prediagnóstico era comparable entre los dos grupos (0,54 y 0,53, grupo de intervención y grupo control respectivamente), la media posterior fue 0,36  para el grupo de intervención y de 0,65 en el grupo control  constituyendo esta diferencia una significancia estadística en el grupo de intervención. Por otro lado el 52,5% de los pacientes del grupo de tratamiento integrativo recibieron algún tipo de fármaco benzodiacepínico, siendo la ocurrencia del 93,6% en el grupo control, en el que se prescribió más alprazolam y lorazepam, con dosis acumuladas superiores. En la evaluación de la situación de insomnio a largo plazo, el 17% de los pacientes del grupo intervenido y el 5% del grupo control manifestaron no presentar insomnio; el 13% de los pacientes de tratados con los procedimientos convencionales presentaron insomnio severo por ningún caso reportado entre los sujetos del grupo de intervención.
Los autores concluyen que la utilización desde atención primaria de técnicas básicas cognitivo-conductuales y el uso de las plantas medicinales puede ser una herramienta terapéutica de gran ayuda en el insomnio y puede contribuir a evitar el elevado consumo de benzodiacepinas que se conoce existe en nuestro país y de sus riesgos asociados.

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