Casualmente se han juntado en nuestra mesa tres referencias muy interesantes sobre las iniciativas del tipo Choosing Wisely, centradas en recomendar a los profesionales que no realicen intervenciones innecesarias. En muchos países se ha adoptado precisamente el nombre de la iniciativa original (así tenemos Australia o Canadá) y en España se ha llamado Compromiso por la Calidad de las sociedades científicas en España.
En Canadá, gracias a las encuestas online que lleva a cabo la revista CMAJ, se lanzaron doce preguntas de verdadero/falso sobre temas incluidos en las recomendaciones del proyecto canadiense Choosing Wisely,
para saber que harían los médicos. La mayoría de las respuestas
coinciden con la recomendación pero en unos porcentajes no muy elevados,
lo que nos lleva a preguntarnos que puede fallar para que el
conocimiento de las recomendaciones no supere el 90%.
La potencia de
este tipo de campañas depende de múltiples factores, y su incidencia en
la práctica diaria y la dificultad que tiene a la hora de cambiar
costumbres y procesos muy arraigados, ha sido analizada y evaluada en
varios artículos. Así, el periodista Owen Dyer en este artículo publicado en el BMJ (comentado en este post
del blog Gestión Clínica Varela) ya señala algunos conflictos: inercia
en algunas especialidades, intereses no muy claros, cierta presión de la
industria, campañas de screening mal explicadas, etc.
Hace pocos meses, la revista BMJ Quality and Safety intentó resumir los problemas subyacentes a las herramientas basadas en listas de "no hacer":
- Difusión
insuficiente. ¿Están las sociedades científicas y las organizaciones
sanitarias haciendo una difusión amplia y constante de estas prácticas?
- Pacientes que
suelen pedir la prueba en cuestión y entienden que su médico es un mal
profesional por no ofrecerla, incluso aunque el paciente la solicite
expresamente.
- Ya que en
ocasiones son los residentes los que más pruebas de este tipo piden, es
esencial que la supervisión y la colaboración sea mucho mayor que la
actual.
Nosotros además
vamos a añadir un factor más: no aprender de los que llevan tiempo
intentando cambiar la cultura asistencial. Un buen ejemplo es el portal Guía Salud,
que recoge las guías de práctica clínica realizadas bajo una
metodología robusta y validadas en base a seis criterios. Uno de los
aspectos más importantes para que una guía tenga éxito, y donde más
problemas se producen, es con la implementación. Magníficas guías que se
quedan en la estantería. De hecho, en el propio portal, hay una guía de implementación con muchos ejemplos para llegar, de verdad, al profesional y convencerle de la necesidad de cambiar.
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