lunes, 22 de junio de 2015

El Gerente De Mediado. Estrategia AP XXI: la vuelta de un muerto viviente

En el año 2006 el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero desarrolló el proyecto llamado Estrategia AP XXI que pretendía diseñar una política común en Atención Primaria para el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Múltiples fueron los grupos de trabajo formado, innumerables las líneas estratégicas, de acción y de actividad que incluyó el citado documento. Una vez más fue un magnífico ejercicio de salón que quedó cuidadosamente colocado en los vistosos anaqueles de madera del citado Ministerio, y cuyo grado de aplicación real en las diferentes comunidades autónomas y servicios regionales de salud fue cercano a cero.

Entre sus deméritos habría que incluir algo que debería estar en las antípodas de cualquier estrategia: su tendencia a abarcarlo todo. Porque la buena estrategia, la verdaderamente útil, es aquella que va destinada a elegir lo importante y sacrificar todo lo demás. Porque es entendible querer tenerlo todo, pero es ridículo creer que eso es posible.
Ahora los mismos que pergeñaron la estrategia y estuvieron cinco años sin hacer nada al respecto,  proponen evaluar  lo que nunca existió y diseñar una nueva Estrategia. Más grupos, más papeles llenos de lugares comunes que no dicen ya absolutamente nada :“priorizar la Atención Primaria como eje del sistema sanitario”, “impulsar el liderazgo de la Atención Primaria en la gestión de los procesos del enfermo crónico dentro del SNS”. En definitiva, fustigar a un caballo muerto.
La Atención primaria precisaba y precisa de elegir entre toda la innumerable lista de lo que unos y otros quieren hacer, aquello que es verdaderamente sustancial, y eso supone sin duda renunciar a muchas cosas y enfrentarse con muchos.
En la farfolla de folios y folios de buenas intenciones, loables propósitos y frases irrenunciables para poder contentar a toda sociedad, colectivo y sindicato, es fácil que lo más importante desaparezca ( es conocido que el mejor sitio para esconder un libro es una biblioteca).
Al margen de evaluaciones , convocatorias de nuevos grupos y expertos, y pomposas presentaciones de tipos empingorotados con hermosas corbatas, hay ciertos asuntos que generan una inmensa vergüenza cuando uno habla con colegas de otros países de la situación en que se encuentra la atención primaria en España. Por ejemplo , el simple hecho de que en buena parte de España un médico de  cabecera vea habitualmente 50 al día. O que los sistemas Gran Hermano que diseñan como y cuando ver pacientes no permita más de 5, 6 o 7 minutos para atender todo tipo de problemas, incluidos los que crean los propios servicios regionales con la promoción de intervenciones innecesarias. Sin mencionar por cansina, la ausencia absoluta de alternativas dignas de trabajo más allá de Eldorado que pueda representar la convocatoria de alguna oposición a capricho del responsable de turno, y hacia la que se dirigirán las muchedumbres de precarios del país.

Es cierto que  hay que frenar el deterioro brutal de la atención primaria de este país. Pero para eso no hacen falta más informes , más evaluaciones ni más declaraciones. Basta por un lado, con negarse a tolerar más esta situación. Y por otra implica abordar de una vez los problemas reales y que no son el acceso a las manidas y consabidas pruebas complementarias ( ¿aún seguimos con ese argumento?). La principal prueba complementaria de un médico de familia se llama TIEMPO. Y en España no existe.

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