Un hito importante en la historia de la ciencia ocurrió
cuando el genio Isaac Newton formuló la ley de la gravedad en el año 1685
después, según cuentan, que una manzana le cayera en la cabeza y tras 6 años de
estar trabajando en esa línea.
En 1835, unos químicos franceses aislaron de la corteza del
manzano una molécula que llamaron florizina, que en modelos animales aumentaba
la eliminación de azúcar por la orina y la reducía en la sangre, lo que
permitía vislumbrar que sería de utilidad para el tratamiento de la diabetes.
Pero tenía varias limitaciones que no la hacían apta para su utilización en el
ser humano. Ahí quedó la molécula hasta que, a principios de 1990, mientras se
trabajaba con variantes de dicha sustancias se obtuvieron una serie de
compuestos útiles para el tratamiento de la diabetes, el primero de los cuales
se acaba de comercializar con el nombre de Forxiga y cuyo principio activo es
la dapagliflozina. La sustancia tiene un mecanismo de acción singular,
independiente de la insulina. Elimina el azúcar por la orina, unos 70 gramos
por día, con lo que controla el azúcar en sangre, reduce el peso y tiene pocas
incidencias de hipoglucemias. La dosis es la de un solo comprimido una vez al
día, a cualquier hora, con o sin alimentos, y se puede combinar con otros
antidiabético orales y con insulina. Su uso no está indicado en la diabetes
tipo 1, la forma juvenil insulino dependiente. Sin duda, todo un avance
farmacológico.
Al parecer, nuestro árbol del bien y del mal, que fue el
causante que tuviésemos que trabajar y ganar el pan con el sudor de nuestra
frente, también tenía cosas buenas que revelarnos.
Fdo: Segundo Artemio Rodríguez Méndez.
Especialista en MFYC.
Centro de Salud Ofra-Miramar.
Agradecemos al compañero Segundo Artemio la sesión de esta carta al director publicada en el periódico El Día .
