martes, 24 de junio de 2014
DICAF. Interacciones medicamentosas con las uñas.
Existen medicamentos como los citotóxicos y antiinfecciosos que pueden presentar interacciones con las uñas. Estos efectos por lo general son temporales y reversibles pero en ocasiones pueden afectar a su funcionalidad o ser causa dolor.
La uñas, además de jugar un papel en la apariencia estética de manos y pies, cumplen diferentes funciones importantes como proteger las extremidades y participar de las funciones táctil y prensora. Las afectaciones sobre las uñas suelen ser principalmente de apariencia pero en ocasiones pueden llegar a limitar en cierto grado su funcionalidad o causan dolor.
Una afectación no fisiológica sobre las uñas puede deberse a una infección local (micótica, bacteriana o viral), a una enfermedad sistémica (psoriasis, anemia por falta de hierro, …) o puede también ser de origen medicamentoso. En este tipo de lesiones, raramente el aspecto externo da pistas de cuál puede ser su origen. Por lo general la afectación sobre una sola uña o sobre solo algunas dan indicio de que se trate de una afectación local mientras que cuando las uñas afectadas son todas, cabe más sospechar de una afectación general.
Las afectaciones locales son debidas mayoritariamente a infecciones, traumatismos, tumoraciones y dermatosis, o por sobre exposición al agua, sustancias irritantes o productos alergénicos (disolventes, detergentes, cosméticos).
Las consecuencias de una afectación sobre las uñas de origen medicamentosos son por lo general únicamente estéticas, temporales y reversibles a la retirada del medicamento, aun que pueden llegar a persistir durante años. Las interacciones medicamentosas pueden afectar a las uñas de diferentes maneras: presencia de lesiones en la matriz o el lecho de la uña, provocando separación de la uña o afectando al pliegue ungueal causando inflamación; afectación vascular de la uña; fotosensibilidad; inducción de cambio en el color.
Los fármacos más comúnmente relacionados con este tipo de afectación son los citotóxicos y los antiinfecciosos. Los citotóxicos inducen con frecuencia lesiones de uñas, a veces graves y dolorosas, como puede ser el caso de los absceso. Los antiinfecciosos fotosensibilizadores, en particular las ciclinas y las fluoroquinolonas, pueden provocar desprendimiento de las uñas tras exposición a la luz solar y algunos antirretrovirales, como la zidovudina, pueden exponer a un cambio de coloración hacia el azul o el marrón, incluso sin que haya exposición a la luz. Otros medicamentos como los psoralenos, también con acción fotosensibilizante, pueden causar pigmentación anormal y extracción de las uñas (onicolisis), especialmente después de la exposición a la luz. Los retinoides, exponen a fragilidad, onicolisis, inflamaciones y distrofias.
Las afectaciones en las uñas pueden tener también un origen fisiológico. En las personas mayores, por ejemplo, el crecimiento se ralentiza. En cambio, en las mujeres embarazadas el crecimiento es más rápido. En ambos casos puede darse el caso de
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