jueves, 6 de marzo de 2014

Fallo multiorgánico como manifestación del tifus murino. Síndrome febril sin foco en adultos( Rev. FMC)

http://www.fmc.es/es/fallo-multiorganico-como-manifestacion-del/articulo/90272310/#.UxiyEYWGe-U
Autores los compañeros del Hosp. Univ. Nuestra Señora de la Candelaria Germán Pérez Fajardo( Serv. de urgencias), Melitón Dávila Ramos y Juan Escobedo Palau( Serv. de Med. Interna).

Cuestiones para recordar
•  Se denomina fiebre sin foco a un proceso febril agudo sin causa aparente tras historia clínica y exploración física minuciosa.
•  Es de vital importancia saber reconocer los datos clínicos y analíticos de gravedad ante cualquier síndrome febril.
•  El tifus murino se encuentra entre las rickettsiosis más prevalentes en nuestro medio.
•  El cuadro clínico del tifus murino generalmente es benigno y autolimitado.
•  Se han descrito complicaciones en torno al 1-4% de los casos y siempre asociadas a edad avanzada o morbilidad asociada.
•  El shock séptico tiene una elevada mortalidad, aproximadamente un 40%.
•  La sepsis requiere una identificación rápida y un tratamiento inmediato.

El tifus murino o tifus endémico, cuyo agente causal principal es la R. typhi, es un cuadro relativamente frecuente en nuestro medio. Se trata de una bacteria gramnegativa, parásito intracelular obligado.
El vector transmisor son las pulgas, en nuestro medio, las parasitarias de perros y gatos. Se eliminan por las heces y su inoculación principal es mediante el rascado que provoca la irritación de la picadura, aunque la infección puede transmitirse por vía respiratoria, después de la inhalación de dichas heces desecadas.
A través de las vías de transmisión descritas, las rickettsias se adhieren a su principal célula diana, la célula endotelial, y por medio de la lesión de esta (endotelitis) se puede explicar la alteración de la permeabilidad capilar y del funcionamiento de diferentes órganos, así como la activación local de la coagulación que produce esta bacteria y la liberación de citocinas por parte de los macrófagos.
El período de incubación oscila entre los 5 y 15 días; el curso clínico, en la mayoría de los casos, es benigno y auto-limitado, con una clínica caracterizada por fiebre elevada, cefalea intensa, exantema cutáneo y con la asociación variable de signos y síntomas según las series. Un dato que se debe tener en cuenta es que en la mayoría de las series, la cefalea aparece en más del 75% de los casos, en cambio la prevalencia del exantema es mucho más variable. Además, suele ser maculopapular, poco intenso y en el tronco y raíz de los miembros. En cuanto al resto de manifestaciones variables de la enfermedad, lo más frecuente es encontrarse con afectación hepática con hipoalbuminemia e hipertransaminemia que pueden alcanzar el rango de hepatitis víricas, y la afectación respiratoria, siendo la manifestación clínica más frecuente la tos irritativa.
 El diagnóstico inicial es a través de los resultados serológicos; en ambos casos descritos se consiguió determinar seroconversión en el control ambulatorio posterior.
El tratamiento del tifus murino es simple, ya que la bacteria es sensible a varios antimicrobianos, el de primera elección es la doxiciclina. Los siguientes fármacos alternativos serían las quinolonas; sin embargo, ya existen cepas resistentes a este grupo. Generalmente, se recomienda que el tratamiento sea de unos 5 días, pero no existen estudios comparativos sobre la duración exacta.
Se describen complicaciones en torno al 1-4% de los casos, por lo que podemos calificarlas como infrecuentes. Suelen darse en pacientes de edad avanzada y/o con enfermedad subyacente, siendo su mortalidad global < 3%.

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