jueves, 4 de diciembre de 2025

Osteoartritis/artrosis como enfermedad sistémica.

 https://waltersport.com

Esta revisión narrativa aborda un cambio de paradigma en la comprensión de la osteoartritis/artrosis (OA), pasando de su visión histórica como una consecuencia inevitable del envejecimiento debida al desgaste articular (wear-and-tear) a considerarla una enfermedad sistémica. Tradicionalmente, la OA se ha estudiado y tratado centrándose principalmente en el cartílago articular o en tejidos articulares específicos, lo que ha limitado la comprensión de la OA más allá de la articulación. 

La OA es un trastorno doloroso de las articulaciones sinoviales que se caracteriza por un metabolismo celular disfuncional y la degradación de la matriz extracelularlo que activa respuestas de reparación desadaptativasincluidas las vías proinflamatorias de la inmunidad innata. La evidencia preclínica y clínica apoya la idea de que los cambios en todo el cuerpo tanto promueven como son causados por la OA. 

Factores más allá de la articulación, como el envejecimiento, el sexo biológico, la obesidad, la disfunción metabólica, la genética y las comorbilidades, demuestran una fuerte relación con la prevalencia de la OA. Por ejemplo, la evidencia sugiere una relación causal entre el tejido adiposo y el daño articular en modelos de ratón, y se ha propuesto que los cambios metabólicos sistémicos asociados a la obesidad son un factor patogénico causal de la OA. Pero la OA es una enfermedad de doble vía, lo que significa que no solo es promovida por factores sistémicos, sino que también actúa como un motor que impulsa la patología sistémica en el resto del organismo. Los factores solubles y migrantes que se originan en la articulación dañada e inflamada pueden viajar y señalar a través de la vasculatura y los nervios, exacerbando así las comorbilidades sistémicas existentes. Si bien se necesitan más datos para establecer la relación de causa y efecto, se han observado asociaciones con el inicio y la progresión de diversas enfermedades y trastornos sistémicos.

Este cambio de enfoque es crucial porque la perspectiva histórica y limitada ha impedido la traducción exitosa de los hallazgos preclínicos en terapias clínicas. La falta de éxito en el desarrollo de fármacos modificadores de la enfermedad puede atribuirse a que la OA se trata como una sola enfermedad, en lugar de un término general para una patología final que se alcanza a través de múltiples vías. En ese sentido, los autores sugieren que una estrategia viable para el desarrollo de fármacos contra la OA podría ser tratar el dolor por separado del daño estructural de la OA. Existe una discordancia clínica entre el dolor y la evidencia radiográfica del daño estructural, lo que subraya la contribución de factores sistémicos a la experiencia del dolor. 


 Abrir Paper

No hay comentarios:

Publicar un comentario